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MURCIA. Carlos Alcaraz Garfia, quien la pasada madrugada española perdió ante el búlgaro Grigor Dimitrov por 2-6 y 4-6 para quedar eliminado en los cuartos de final del Masters 1.000 de Miami, está por debajo en pista dura con respecto a sus prestaciones en las otros dos superficies en las que juega -tierra batida y hierba-.
El joven tenista de El Palmar, quien a sus 20 años es el número 2 del mundo por detrás del serbio Novak Djokovic y todavía por delante del italiano Jannik Sinner -éste le adelantará en caso de conquistar el título en Miami-, se maneja bien en la superficie rápida, en la que logró la mayoría de sus victorias -88 en 117 encuentros jugados, lo cual supone un 75,21% de éxitos-.
En total son 217 choques de cuadros finales los disputados hasta la fecha por el pupilo de Juan Carlos Ferrero en el circuito ATP y se impuso en 170 de ellos, un 78,34% de victorias.
En tierra venció 66 de sus 82 duelos, el 80,48%; y en césped presenta un espectacular 88,88% de triunfos pues ganó 16 de 18.
Pese a todo, Alcaraz viene demostrando que también es fiable en moqueta y la prueba de ello es que en ese suelo lleva conquistados cuatro títulos -el Abierto de Estados Unidos, que fue su primer Grand Slam, y el Miami Open en 2022 e Indian Wells los dos últimos años- y acumula más victorias, esas 88, que juntado sus partidos en las otras dos superficies -82-, aunque también es cierto que jugando más -117 frente a 100-.
En arcilla, el terreno más tradicional para los tenistas españoles desde siempre, el palmareño lleva siete trofeos -el Masters 1.000 de Madrid y el ATP 500 de Barcelona en 2022 y 2023 en ambos casos; el ATP 500 de Río de Janeiro en 2022; y dos ATP 250 como el de Umag en 2021 y Buenos Aires en 2023-, mientras que en hierba se coronó en Wimbledon, su segundo major ganado, y en el ATP 500 de Queen's el pasado año.
La primera gira del año en pista dura concluyó para el murciano, que a partir de ahora se centrará, ya en Europa, en la tierra batida jugando el Masters 1.000 de Montecarlo, del 7 al 14 de abril; y luego en Barcelona y en Madrid, donde será el rival a batir.