De rozar el objetivo, a un nuevo proyecto, el 2021 del Valencia Basket

VALÈNCIA. El Valencia Basket ha puesto un anticipado punto y final a su 2021, un año en el que rozó un ambicioso objetivo que finalmente no consiguió, lo que dio paso a un nuevo proyecto deportivo de su equipo masculino que ha arrancado con brotes prometedores, fundamentalmente por todas las dificultades que ha tenido que superar.

El equipo valenciano tenía como reto para la pasada campaña entrar entre los ocho primeros de la fase regular de la Euroliga, un logro que le habría permitido repetir en la máxima competición del baloncesto europeo y del que se quedó a una sola victoria.

El equipo que dirigía Jaume Ponsarnau arrancó el año en la séptima posición del torneo con una única victoria de margen y aunque no comenzó bien (un triunfo en seis partidos), cerró la fase regular con un brillante balance de ocho partidos ganados en once partidos que le hizo soñar con llegar a cuartos de final.

En medio, tuvo una decepcionante participación en la Copa del Rey, en la que cayó en cuartos de final ante el Real Madrid sin poner en demasiados problemas al equipo de Pablo Laso.

Eso sí, atenazado por una presión que ningún otro equipo tenía (era el único cuya continuidad en el torneo dependía de estar entre los ocho primeros), sufrió una dura derrota en la Fonteta ante un Olympiacos que no se jugaba nada y que ha quedado en la memoria colectiva como responsable de la eliminación, restando brillo a meritorios como los sumados ante el CSKA, Real Madrid o Zenit de San Petersburgo.

Finalmente, el Valencia acabó noveno con un triunfo menos que tres equipos (Real Madrid, Fenerbahce y Zenit) y mejor ‘basket average’ que uno de esos conjuntos (el turco) pero la decepción marcó el resto de la temporada de un equipo que fue uno de los ataques más completos de Europa pero al que le costó ser duro y constante en defensa, un desequilibrio al que desde el club se achacó la no consecución del objetivo final.

Con el lastre de esa sensación, el equipo firmó un triste final de la Liga Endesa, no tanto por los resultados (acabó quinto en la fase regular y eliminó al Baskonia en los cuartos de final antes de caer por 2-1 ante el Madrid en semifinales) como por la imagen que transmitió el equipo.

Con ese desigual balance, el club se tomó unos días de reflexión para decidir el futuro de Ponsarnau, un periodo que fue interrumpido por el propio técnico, que se avanzó a la decisión que iba a tomar la entidad y dio por cerrada una etapa de cinco años en el Valencia y de tres como primer entrenador.

Pocos días después, el Valencia cumplió las previsiones y contrató a Joan Peñarroya, un técnico como casi todos los últimos del club español y con buen conocimiento de la Liga con un baloncesto más directo y enérgico y menos coral en su elaboración.

El cambio llegó acompañado de una reducción de las fichas (de 14 a 12) dentro de una reducción presupuestaria del club, que se ha concretado en una bajada del 13% y que ha incluido fichajes como el regreso de Víctor Claver o las incorporaciones Nenad Dimitrijevic, Xabi López-Arostegui y Jasiel Rivero.

La actual temporada ha estado marcada en este tramo inicial por multitud de problemas físicos que han hecho que el equipo haya llegado a ir con sólo siete profesionales a varios partidos y que ha multiplicado el protagonismo de los jugadores más jóvenes de la plantilla pero también de los canteranos del filial.

Esta ‘carrera de obstáculos’, que ha incluido grandes victorias como las logradas en la pista del Virtus Bolonia o la del Barcelona pero también grandes decepciones en la Fonteta, se completó con una masiva convocatoria de jugadores para las ‘ventanas FIBA’ que dejó sin entrenar diez días al equipo y con un brote de covid-19 que le tuvo otros 10 días sin poder trabajar colectivamente.

Pese a todo, el equipo, que ha visto suspendido el que debía ser su último encuentro del año en la pista del Lenovo Tenerife por el coronavirus, está en buena posición para clasificarse para la Copa, aunque no es un objetivo que tenga cerrado, y aunque no está en la zona alta de su grupo de la Eurocopa tampoco se ha descolgado lo que le deja en buena posición para arrancar el 2022.