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opinión

Operación 'Tormenta del desierto'

Foto: Valencia CF.

Me refiero, básicamente, a la tristeza que produce que una entidad como el Valencia Club de Fútbol con casi cien años de historia tenga que prestarse a formar parte de una ‘Ópera Bufa’ como la Rihad a cambio de un puñado de ‘petrodólares’...

12/05/2018 - 

VALÈNCIA. Seguro que a más de uno de ustedes les ha venido a la cabeza un pensamiento como el pensamiento que yo he experimentado en tantas ocasiones: Centro de la ciudad en plenos rigores estivales, 34 grados a la sombra y, de repente, una actividad comercial consistente en un chico o chica joven disfrazado de payaso, de pollo, de gorila o de salchicha gigante…  Ves algo así y, conmovido, piensas… ‘lo que hay que hacer para ganarse 30 ‘cochinos’ euros’. ¿A que alguna vez lo han pensado? Pues… una sensación muy similar  experimenté en la tarde del miércoles con el partido amistoso o… lo que fuera ‘eso’  que jugó el Valencia en la Capital de Arabia Saudí. Y no voy a entrar en consideraciones de mayor calado como el lamentable papel de la mujer en aquellas latitudes que despertó muchos comentarios el miércoles al presenciar  el denigrante numerito de la mujer anciana -que imagino sería la madre del homenajeado -burka incluido , porque esas son cuestiones en las que el Valencia nada tiene que ver y son muchos los Clubes, empresas y estados europeos los que comercian con Arabia Saudí  mirando a otra parte en lo concerniente a derechos humanos e igualdad de género. Me refiero, básicamente, a la tristeza que produce que una entidad como el Valencia Club de Fútbol con casi cien años de historia tenga que prestarse a formar parte de una ‘Ópera Bufa’ como la Rihad a cambio de un puñado de ‘petrodólares’. Ronaldinho, Deco y Hernán Crespo ‘pegando el atraco’ y participando en una pachanguita a ritmo de futbolín, el ‘cantaor’ de la megafonía dando el coñazo, la rifa de coches en el descanso…  En definitiva: la ausencia absoluta de seriedad mínima imprescindible para llamarlo ‘partido de fútbol’ por muy amistoso que sea deja un sabor de boca un tanto áspero. Pero… que nadie les pretenda convencer que han inventado la internacionalización del Valencia porque el Valencia de Quique, aunque Quique  se quedó en casa y fue Fran Escribá quien se sentó en el banquillo, ya estuvo en Rihad hace muchos años y… o estoy yo muy loco –que también es bastante probable- o entonces la cosa no fue tan friki, y yo estuve en Rihad en aquel partido.  A mí, repito, me resulta triste ver cómo el Club que ya no iba a depender de la Champions para mantener presupuestos elevados y que ya no iba a tener que vender a sus mejores futbolistas cada verano porque llegaba Lim con el zurrón repleto de pasta, se vea obligado a participar de esperpentos como el del miércoles igual que me despierta una tristeza profunda que hay Clubes serios capaces de vender plazas dentro de un vestuario de futbolistas profesionales a ‘turistas futboleros’ cuyo país o Federación pueda pagarle la fiesta: vergonzoso.

Todos sabemos qué es un partido amistoso y, por la edad que ya tengo, he tenido oportunidad de acompañar en muchos de ellos al Valencia en innumerables escenarios. Partidos en los que no hay mucho en juego pero… se juega al fútbol. Lo contrario: lo que presenciamos el miércoles nada tiene que ver con ello y el Valencia debería filtrar qué partidos se pueden jugar, dónde y a qué precio. Los futbolistas del Valencia, los que , a base de esfuerzo, se han ganado una plaza en la Champions… no son atracciones de feria.

Esta tarde hay una cita en Montilivi en la que tampoco hay mucho en juego pero veremos algo bien distinto... cuando un futbolista profesional se calza las botas para saltar a un campo de fútbol lo debe hacer siempre con el afán de competir y ganar. Lo demás no es fútbol. Lo demás es enfundarse un disfraz de salchicha gigante en las puertas de un centro comercial.

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