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DESCANSO Y TURISMO SOSTENIBLE

Ruzafa resucita el fantasma de la ZAS en pleno debate sobre el turismo

15/07/2018 - 

VALÈNCIA. No es la primera vez que la convivencia en un barrio se vuelve complicada, y no solo por el ruido, sino también ante las nuevas situaciones que la coyuntura socioeconómica va creando en las ciudades. El ocio nocturno nunca ha entablado buena relación con el descanso. Si además se suman realidades cada vez más plausibles como la gentrificación, la afluencia turística o los pisos turísticos, el conflicto se torna más complejo. Quizá por ello en Ruzafa existe tal amalgama de asociaciones, cada cual con matices diferentes, aunque muchas de ellas con fines semblantes.

Se trata de un vecindario -gran parte de él, histórico en la zona- que ha visto cómo en pocos años el barrio ha vivido un resurgir social y económico, pero también cultural. Y con él, múltiples cambios que han rescatado sus calles de la degradación y que molestan más a unos que a otros. El ruido es uno de ellos. Y el debate ante el que se encuentran ahora los vecinos y vecinas es la declaración o no de Ruzafa como una Zona Acústicamente Saturada (ZAS), que supondría restricciones horarias y limitación de actividades, entre otras prohibiciones.

La asociación Russafa Descansa es la que actualmente más está batallando contra las molestias acústicas de la noche ruzafeña. Sus miembros denuncian "aglomeraciones, vibraciones, resonancias, estridencias, orines, vómitos y suciedad". En la plataforma creen que la hostelería tiene parte de la culpa, aunque reconocen que es "una minoría" hostelera la responsable de sus quejas. Y es que el barrio cuenta con cuatro discotecas, una veintena de pubs y dos afters, una pequeña porción de toda la hostelería de la zona. El resto son bares y restaurantes, donde la persiana se baja a la 1:30 de la madrugada en fin de semana, media hora antes entre semana.

"El 90% de locales de Ruzafa trabajamos durante el día y la tarde", cuenta Juanvi, vecino del barrio que ostenta 'El Cinco', quien también resalta: "Esto no es Magaluf, que es la sensación que están dando algunas asociaciones". Se trata de una explicación en la que está de acuerdo el grueso del vecindario: el ocio de Ruzafa no es el mismo que existía en la zona de Xúquer durante los años 90. Juancho es propietario del bar 'Biplaza': "No es un barrio conflictivo, es un barrio céntrico como el de cualquier ciudad".

¿Existen problemas de ruido? Ambos hosteleros lo admiten, pero exculpan a su colectivo. Juanvi ve jaleo cuando se cierran los bares, "pero eso es cuestión de falta de educación y de que la policía actúe", apunta. También Juancho justifica las molestias: "Es el ruido de cualquier centro histórico". Además, señala que el personal de los bares tiene autoridad en sus locales pero no más allá de sus terrazas. "En los últimos dos años vienen muchísimas despedidas de solteros, cumpleaños con charangas, con megáfonos, etcétera. Eso sucede en la vía pública y nosotros no tenemos nada que ver".

Este litigio ya ha llegado a los tribunales. Russafa Descansa pidió al Ayuntamiento que se declarase el barrio como una zona ZAS, pero sus intentos fueron en vano porque el gobierno local se negó a iniciar el procedimiento. Así pues, la asociación acabó presentando un recurso contencioso a principios de este año para forzar al consistorio a declararla.

 Carteles con protestas vecinales en el barrio de Ruzafa. Foto: KIKE TABERNER

En todo este contexto, hace pocos meses surgió otra asociación, Colectivo Russafí, cuyos miembros son mayoritariamente comerciantes del barrio que ven con recelo la aplicación de una ZAS. Se remiten a las que ya se han aplicado en València (Carmen, Xúquer, zona Woody y Juan Llorens) para alertar sobre sus peligros. "La ZAS generó cadáveres urbanísticos" y dio lugar a "paisajes deprimidos como el de Xúquer", cuenta uno de los impulsores de esta plataforma, que aprueba por otro lado las restricciones impuestas en 2014 para frenar la apertura de locales en la zona: "Sin restricciones, la calle Cuba se hubiera convertido en una zona de marcha".

Asimismo apuntan que de aplicarse esta medida, el gran dinamismo que ha experimentado el barrio se iría al traste, por lo que piden "no empezar con medidas draconianas". Eso sí, "al que incumple la normativa, leña al mono", y ante lo que consideran "problemas puntuales", el Colectivo Russafí pide soluciones puntuales. Por ello la declaración de una zona ZAS, que se aplicaría de forma general a todo el barrio, no entra en sus planes.

La reducción de terrazas como medida paliativa

Este colectivo es el que quizá mejor sintonía tiene ahora mismo con el consistorio, con el que la relación es bastante fluida. La intención, según fuentes del gobierno municipal, es no tener que llegar a la ZAS. Por ello, se está intentando calmar los ánimos con medidas restrictivas que puedan contentar a los denunciantes. Una de ellas ha sido la reducción de las terrazas, que si bien pretende tener efecto sobre el ruido de la zona, también se ha justificado desde el Ejecutivo como una forma de garantizar el "derecho a caminar" en zonas donde se dificultaba.

Terrazas en una calle del barrio de Ruzafa. Foto: KIKE TABERNER

Esto no ha sentado nada bien al sector, en el que denuncian falta de diálogo. "Los denunciantes, los bares y el Ayuntamiento -critica Juancho- no se han sentado a hablar para llegar a un consenso". Según diversos hosteleros, la reducción ha venido determinada por la fachada que ocupa cada local. La normativa anterior permitía pedir permiso a los establecimientos colindantes para ocupar su parte de fachada, algo que la reducción ha eliminado. "Los que tienen mucha fachada, mantienen su terraza, pero los que tenemos poca fachada, tenemos que eliminarla prácticamente toda", se lamenta Juancho, que considera injusta la medida. Juanvi cree que la solución sería reducir el horario y cerrar antes de la 1:30, ya que admite que "cuánto más tarde cerramos, más molestamos".

Tampoco las formas han sido bien recibidas. Ambos hosteleros ponen sobre la mesa la forma "caótica" en la que se está produciendo esta reducción de terrazas. "No vemos justo que se trate este tema de una manera tan rápida, nos enteramos por la prensa y en cuestión de dos meses ya han retirado terrazas", comenta Juancho. Ninguno de los dos ha recibido la notificación pero saben que antes o después llegará y aseguran desconocer el criterio que se está siguiendo desde el consistorio para llevar a cabo el proceso. Según Juanvi, es "puro azar".

Asimismo, diversos vecinos consultados por Valencia Plaza cuestionan que esta medida vaya a acabar con los problemas de ruido de la zona y señalan que hay muchos otros factores, como el transporte público o los pisos turísticos, que causan molestias durante la madrugada.

Panorámica del Mercado de Ruzafa. Foto: EVA MÁÑEZ

Con todo, debido a la afección a los locales hosteleros, la ZAS podría afectar también al desarrollo de la zona. "El barrio no es solo hostelería. Aquí hay muchísimo comercio, artistas, artesanos, muchos talleres, despachos de arquitectos, diseñadores, exposiciones, etcétera", comenta Juancho. No es extraño oir a algún vecino calificar a Ruzafa como un barrio "bohemio", un atractivo sin duda para cierto tipo de actividades artísticas, culturales y también comerciales que, según apunta el Colectivo Russafí, podrían verse mermadas.

Además, es cierto que en el sí del colectivo hostelero, conocedor de las negativas consecuencias que podría tener la aplicación de la ZAS, se está incubando un debate interno que tiene como objetivo primordial evitarla, por lo que parte del sector está dispuesto a realizar algún tipo de concesión con tal de que la sangre no llegue al río.

Russafart. Foto: EVA MÁÑEZ

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