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Videojuegos: Se enciende la mecha en la Comunitat

Sin apenas hacer ruido, la industria del videojuego se está haciendo cada vez más fuerte en la Comunitat Valenciana. Productos de éxito internacional, madurez empresarial y una apuesta por la formación son las claves que explican este fenómeno

| 10/12/2016 | 9 min, 58 seg

VALENCIA. La industria del videojuego está creciendo a pasos agigantados en España, según los datos recogidos en el Libro Blanco del Desarrollo Español de los Videojuegos. En total, hay censadas más de 400 empresas de videojuegos en activo, lo que supone un incremento de 70 empresas comparándolos con datos de 2013, un 21% más, a lo que se suman más de 180 iniciativas y proyectos empresariales a la espera de consolidarse como empresas.

Con estas cifras alentadoras sobre la mesa, la mitad de las empresas siguen situándose en la Comunidad de Madrid, un 25%, y en Cataluña, un 24%. Sin embargo, la Comunitat Valenciana ha sido la que mayor crecimiento tuvo en la creación de nuevos estudios en 2015, llegando al 14%. «Mientras que en España se ha crecido un 26% de media, la Comunitat ha tenido el incremento más grande, de un 30%», destaca Gustavo Aranda, profesor de ESAT (Escuela Superior de Arte y Tecnología), con sede en Valencia, y quien no duda en reconocer que el sector del videojuego goza de muy buena salud.

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ESAT ya lleva diez años ofertando estudios específicos de videojuegos, entre los que se encuentran dos carreras: Programación en videojuegos, para abordar la parte más técnica, y Arte para Videojuegos, dedicada a la parte más estética, todo impartido por profesores que son desarrolladores. A estas patas se suman la música, que llega a los videojuegos realizados por sus alumnos a través de un acuerdo con el máster de música para videojuegos de Berklee.

«Hay empresas valencianas que están colocando su producto en mercados potentes como Asia o EEUU desde Llíria o Villena y que lo hacen con el apoyo de grandes compañías como Sony». ¿Y por qué no son conocidas? «Los estudios clásicos españoles no trabajamos de cara al público. De hecho, yo he trabajado en empresas con grandes clientes extranjeros y haciendo videojuegos que luego comercializan estudios japoneses», explica.

Sobre empresas referentes, destaca Elite 3D, a la que considera el mejor estudio de gráficos de Europa, 100% valenciana y a la que encargan proyectos de millones de dólares. «Es fácil que tengas en la calle de al lado a quien ha creado los edificios y los coches del Call of Duty y no lo sepas». Otros destacados son Nerlaska, en la Vall D’Uixó, o Deconstructeam, creador de Gods Will Be Watching, que enfoca gran parte de su trabajo a Corea.


Para Aranda, las principales carencias en el sector no son sólo de la industria valenciana, sino también de la española, y entre ellas está la falta de una buena gestión. «Tenemos grandes creadores y creativos, pero históricamente hemos tenido malos empresarios», apunta. Sin embargo, tiene claro que las nuevas generaciones crecen de una manera más global y reconoce que se ha marcado un antes y un después tras la venta de Akamon, compañía con cofundadores valencianos. «Ha sido la mayor venta de una empresa de videojuegos de España, 24 millones de euros, una barbaridad en términos económicos y un ejemplo».

La otra situación era la falta de miras hacia el exterior. «Cuando no conocen tu videojuego a veces intentamos actuar de una manera local y hay que salir fuera. De hecho hemos notado que, a pesar de que tradicionalmente las instituciones habían dado la espalda a todo esto, ahora vienen desde el Instituto Valenciano de Exportación para proponer esta perspectiva, además de que las aceleradoras de empresas vienen directamente a buscar a los alumnos de ESAT», apunta. No obstante, su consejo para los recién titulados es que pasen primero por una multinacional en Londres, Tokio o Alemania y luego monten lo que quieran. «Se han creado un montón de empresas nuevas, una parte de ellas de nuestros ex alumnos», reconoce.

No Spoon, el laboratorio

Con Akamon como referencia, sus fundadores José Vicente Pons, Daniel García y Carles Pons tienen un nuevo proyecto entre manos. Han puesto en marcha No Spoon, un laboratorio de proyectos tecnológicos. «Experimentamos con ideas innovadoras buscando cuáles tienen potencial de negocio», explica Carles Pons. Cuando una de las ideas funciona, crean una spin-off poniendo en marcha una startup con un equipo dedicado y ayudándola a crecer.

Actualmente están desarrollando Playeek, un proyecto para conectar jugadores profesionales de los e-sports con los fans. También están trabajando en Letrasaurio, un videojuego educativo para fomentar la lectura. ¿Y por qué esta nueva iniciativa? «Empezamos a hacer videojuegos por pasión, era convertir nuestro hobby en una forma de ganarse la vida. Nos fue muy bien con Akamon, pero nos dimos cuenta de que cuando la empresa creció dejó de ser divertido», reconoce. «Entendimos que la fase inicial de la empresa es la más difícil, pero a la vez es la más creativa y divertida, por eso la idea de crear el laboratorio».

Sobre el sector de videojuegos en Valencia, no tiene duda de que hay una buena cantera de programadores y diseñadores, aunque lamenta que mucho de ellos han tenido que irse a Madrid, Barcelona o fuera de España. «Quizás es más difícil encontrar en Valencia gente con experiencia en áreas como el marketing y monetización». El encontrar inversión es otra de las patas que más escasean en el sector. «El de los videojuegos es un sector difícil y algunas malas experiencias en el pasado hacen que el capital-riesgo huya de este sector. Muchas veces no queda más remedio que presentar el proyecto a publishers internacionales o campañas de crowfunding para la búsqueda de financiación», lamenta, para reconocer que a pesar de que hay muchos proyectos no se han generado grandes estudios.

«Tampoco hemos atraído a las multinacionales para crear grandes estudios en Valencia. Es una pena que Akamon y Gameloft hayan cerrado recientemente sus estudios en la ciudad». No obstante, el nivel de recolocación de los trabajadores suele ser bastante alto.

De Kickstarter a ‘Moonlighter’

En esto andaba el grupo WildFrame con Digital Sun y su videojuego Moonlighter, que cerró recientemente una gratificante campaña en la plataforma de crowdfunding Kickstarter de 134.000 dólares, con backers de todo el mundo que les permitirá agilizar la realización del videojuego. «Nosotros empezamos hace tres años con BraveZebra a hacer videojuegos como una empresa de servicios de outsourcing, lo que sigue siendo nuestra principal fuente de ingresos. Hemos realizado unos 55 videojuegos para clientes en 14 países», explica Javier Giménez, CEO de la compañía. En total son 25 personas en el grupo y, con la experiencia adquirida y la estabilidad económica, invierten en producto propio a través de Digital Sun. 

El juego lleva un año en desarrollo y ahora hay un equipo de seis personas trabajando. «El videojuego pone al jugador en la piel de Will, un tendero de un pueblo que vive de adentrarse en unos calabozos mágicos de los que extrae riqueza. Un día Will decide que la tienda no colma sus aspiraciones. Para ello, tendrá que utilizar la tienda como un medio en lugar de un fin», explica Giménez. El juego tiene una naturaleza dual en la que el jugador tiene que luchar contra enemigos en los calabozos para conseguir objetos y luego ser eficiente vendiéndolos en la tienda para conseguir oro y adentrarse cada vez más en los calabozos. Esta mezcla de mecánicas de combate roguelike y gestión en la tienda, combinado con el aspecto gráfico es lo que más está llamando la atención a nivel internacional», reconoce. Su referencia internacional, convertir Valencia en Polonia, poniendo en valor el talento que se está cultivando en la Comunitat.

DevilishGame, los veteranos 

David Ferriz, de la alicantina DevilishGame, explica que iniciaron su andadura en 1998 cuando no había prácticamente ninguna empresa en la Comunitat Valenciana. «Éramos un grupo de amigos que querían hacer videojuegos», explica. «Empezamos en casa pero poco a poco fuimos mejorando la calidad de nuestros juegos, y aunque al principio los dábamos gratis por internet porque no teníamos dinero para venderlos en cartucho, conseguimos muchas descargas, lo que nos permitió dar el salto y convertirnos en empresa en 2004».

Con siete personas en la empresa, tienen una línea enfocada a videojuegos publicitarios tanto para empresas nacionales como internacionales y con ese dinero hacen videojuegos propios. Llevan tres años desarrollando King Lucas. «Empezó como un proyecto pequeño pero ha ido creciendo y hemos invertido bastante tiempo y dinero, y con ese juego queremos dar un salto de calidad». Se trata de un videojuego de acción, aventura y plataformas 2.5D donde la misión del jugador será encontrar a las hijas del Rey Lucas en un castillo compuesto por más de mil habitaciones interconectadas, que se reconfiguran cada vez que se comienza una nueva partida.

Vicent Tamarit, de Codigames, empresa impulsada por Lanzadera, cree que Valencia tiene caldo de cultivo y en su caso ya son 18 personas. «Nosotros trabajamos con células independientes que van generando proyectos. Al año se inician de cuatro a seis pero sólo llegan al jugador los que pasan cierto control de calidad», explica. Empires of Sands, School of Magic y Dungeon Legends son sus lanzamientos y entre los tres juegos ya están rondando cuatro millones de descargas en todo el mundo.

Dreamhack, la referencia

Valencia también es reconocida por tener DreamHack, uno de los eventos de referencia en el sector de videojuegos que se celebra en la ciudad desde 2011, concretamente en Feria Valencia. «En DreamHack puedes pasar al lado de cualquier estrella internacional de los deportes electrónicos e intercambiar unas palabras o hacerte una foto», explica Pedro Martínez, quien forma parte de este macroevento. El encuentro, al que asistieron más de tres mil personas, tiene una de las mayores zonas LAN del país y permite probar en exclusiva las novedades tecnológicas de marcas de primer nivel.

Se trata del único festival que junta a las empresas con jugadores profesionales de videojuegos y también al público amateur. La participación ha sido superior a 500 jugadores de deportes electrónicos de un total de 30 países de los 5 continentes. «Tenemos jugadores que vienen desde Australia o Corea del Sur para participar en nuestras competiciones, que son una parada fundamental para participantes y fans que vienen a disfrutar de su presencia y verlos en directo».

Otro evento recurrente en Valencia es el impulsado por Axel García, de Sunburned Games, que fue lead game developer de Dungeon Legends. Fue él quien puso en marcha GameDevs Valencia, una quedada informal para interesados en el desarrollo de videojuegos, bien sean artistas, programadores, diseñadores, productores o testers, que llega a congregar cada mes a decenas de personas. «Valencia, por el clima, es una buena zona para atraer a desarrolladores freelance de EEUU, que trabajan para compañías del país pero que aquí pueden disfrutar de una vida más económica, o incluso multinacionales que tienen talento más asequible que en otros países», destaca.  

(Este artículo se publicó originalmente en el número de agosto de la revista Plaza)

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