Hoy es 9 de octubre
‘Hanging from the rafters’, dicen los mayores creadores de espectáculo del mundo. En la NBA, cuando te retiran el número es un acontecemiento social, cultural, deportivo e histórico. En La Fonteta (y pronto en el súperpabellón) cuelgan dos números que reflejan la historia, joven, de un club que crece y respira...
VALÈNCIA. ‘Hanging from the rafters’, dicen los mayores creadores de espectáculo del mundo. En la NBA, cuando te retiran el número es un acontecemiento social, cultural, deportivo e histórico. En La Fonteta (y pronto en el súperpabellón) cuelgan dos números que reflejan la historia, joven, de un club que crece y respira.
El 11, el primero. Nacho Rodilla. El hombre que hizo hincar la rodilla a los grandes. El llamado primer base grande de España (sic), tuvo la suerte de pensar medio segundo más rápido que el resto. Y esa ventaja hizo el resto. Después le tocó el turno al segundo mejor capitán que ha tenido el club. Víctor Luengo, que no se nos puede olvidar que tuvo una salida por la puerta de atrás del club (que no quiso hacerle despedida oficial porque, de hecho, no se retiraba), se marchaba a Gandía después de toda la vida. Al fin de su carrera, la justicia: el 15 al cielo y él a los despachos, a fortalecer el crecimiento del club desde el área de marketing y relaciones públicas.
Pero claro, Rodilla y Luengo, ejemplos de superación, localismo y valencianía, son el pasado. Son los primeros pasos del club. Lógicos. Suerte hemos tenido en Valencia, con sólo 30 años de baloncesto, de disfrutar de ellos en una etapa tan inicipiente en el club. No se fueron ninguno. Prefirieron quedarse en casa cuando los dos tenían llamadas de clubes más grandes. Eso, en una etapa en la que el club estaba en pañales es formidable.
Sin embargo, hace 10 años que llegó un tipo normal. Educado en los valores más claros que ahora preconiza el pecho de la taronja: cultura del esfuerzo. Sus padres trabajaban. Él trabajaba. Y trabaja. No entiende que no se alcance nada si no es a través del trabajo sordo, del esfuerzo y de la dedicación. Con 36 palos, Rafa es el mejor capitán de la historia del club.
Y lo es por muchas razones. Voy a enumerarlas:
1.- Ha levantado dos eurocups, una supercopa de España y una Liga Endesa. Y ha sucumbido dos veces en la Final de la Copa del Rey. Y otras tantas en Europa.
2.- Ha entendido, viniendo de fuera, cómo es este club. Ahora es muy profesional, dedicado y absolutamente ordenado. Pero sus primeros años fueron un caos. ¿O es que nadie se acuerda de que el club le hizo tres contratos diferentes en tres etapas a Dikoudis?
3.- Ha soportado que cambien a Spahija por Hussein. Y a Pesic por Paco Olmos (a quien desde aquí digo que se maltrata siempre).
4.- Nueve entrenadores en 10 años.
Esas cuatro razones son las que tengo para esgrimir que el 17 debería ir ‘to the rafters’ en cuando Rafa Martínez Aguilera diga que se retira. Y, quede claro, él estará en el club hasta que el club quiera.