ALICANTE. José Miguel Garrido, el empresario madrileño al que semanas atrás el director general del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) atribuyó la intención de hacerse con el derecho de crédito de 12 millones que subasta ahora mismo el banco del Consell, solo volverá a interesarse por este activo si la citada subasta se declara desierta o quebrada.
En Alicante Plaza ya nos hicimos eco de la negativa de la cabeza visible de Only One Way a entrar a competir con José Sepulcre en el procedimiento que se inició hace una semana, pero otra cosa es lo que haga si el expresidente no cumple finalmente con la intención, también declarada al IVF, de concurrir a la subasta para adjudicarse el derecho de crédito (no sería la primera vez que Garrido se hace con un activo después de que un primer inversor no cumpla, ya le ocurrió en el Albacete), cumpliendo todas las exigencias del banco del Consell empezando por el aval bancario solidario a primer requerimiento de 4,1 millones de euros para afrontar, llegado el caso, el pago de la decisión de recuperación (una suma que, como Onda Cero Elche adelantaba este martes, la Audiencia Provincial ha confirmado como crédito contra la masa (en su resolución alude a la figura de la legislación comunitaria análoga), desestimando el recurso interpuesto por el Elche), y siguiendo por las garantías adicionales que respalde el plan de pagos de los casi 12 millones de euros que espera recuperar el IVF con esta operación.
Y es que no hay que olvidar que podemos encontrarnos con que, finalizado el plazo de 15 días hábiles que se inició la semana pasada, a la hora de valorar las ofertas existe una que se proclama ganadora, es decir que tenemos adjudicatario, pero en el plazo de cinco días en el que se ha de presentar, por ejemplo, el aval de 4,1 millones, esto no se hace. La subasta no habría quedado desierta, pero se declararía quebrada por incumplimiento de las bases establecidas en el pliego publicado la semana pasada.
Como quiera que sería ya el segundo proceso presidido por los principios de publicidad y concurrencia que el IVF emprende sin suerte, se abriría la puerta a la posibilidad de una adjudicación directa. Sería una situación análoga a la que se ha dado con los activos que el brazo económico del Consell mantiene en relación con el Hércules y su Fundación.