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Se agota la confianza en Marcelino

6/01/2019 - 

VALÈNCIA. La pérdida de fe en el proyecto totalitario de Marcelino al frente del Valencia va en aumento. El deterioro de su credibilidad en la planta noble es evidente y su futuro se ensombrece. La continuidad del técnico asturiano hasta el final de temporada pende de una hebra de hilo tan fina que podría romperse esta misma semana. Los duelos ante el Sporting de Gijón en Copa del Rey y, sobre todo, el del sábado en LaLiga ante el Valladolid en Mestalla, determinarán su horizonte en Valencia como mascarón de proa de un buque lleno de vías de agua que ha gastado cerca de 120 millones de euros en reformar la plantilla. 

El 18 de diciembre Plazadeportiva.com explicó que el presidente del club,  Anil Murthy, recelaba de la capacidad de Marcelino para levantar al equipo de la crisis de resultados en la que estaba encallado desde el inicio de la temporada y, en la misma información, contaba que Mateu Alemany, hasta entonces firme defensor del entrenador, empezaba también a tomar distancia en su amparo al técnico. Hoy la situación es más compleja para Marcelino y su nutrido grupo de colaboradores. Murthy ha perdido la confianza en el asturiano y Mateu Alemany empieza a valorar si sería conveniente un cambio en el banquillo aunque es consciente que hacerlo lo deja a él muy tocado delante del propietario Peter Lim.

La visita de Anil Murthy el 11 de diciembre a la Ciudad deportiva de Paterna para forzar una fotografía -la imagen que acompaña estas líneas, que procede de la cuenta de Instagram del presidente- que escenificara su apoyo al técnico solo fue fachada, puro postureo presidencial. Murthy no cree en Marcelino. Lo mismo que las palabras de Mateu Alemany antes del duelo ante el Huesca. En aquel momento ya existían dudas en la planta noble del club.

La preocupación tras la derrota que encajó el equipo en Mendizorroza es evidente. Al técnico lo sujetaban antes del partido las bajas de hasta cinco titulares y en el club gustó que, por primera vez, tuviera cintura y cambiara el sistema para adaptarse a las ausencias, pero la pobre imagen del equipo en la segunda parte y la argumentación del entrenador aludiendo al estado del terreno de juego no convencieron. Las escasas cuatro victorias en 18 jornadas juegan en contra del argumentario del entrenador.

Al técnico lo sostienen dos razones. Primero, que el proyecto está basado en todas sus recomendaciones y que el club, en todo lo que atañe al primer equipo, está bajo el control del entrenador porque así se lo han permitido, en este orden, Mateu Alemany y Anil Murthy. Y segundo, el director general, el ejecutivo de mejor reputación a nivel popular que ha fichado Meriton, dañaría su imagen ante Peter Lim si acepta el relevo en el banquillo después de ser el responsable máximo de haberle entregado las llaves del club al entrenador.

Destituir a Marcelino sería aceptar el fracaso del proyecto en un año tan marcado como el del Centenario y pasar a desprenderse, además, de un importante clan de colaboradores contratados por decisión del técnico, que incluyen al director del área técnica Pablo Longoria, al responsable de los servicios médicos Toño Maestro y a buena parte del personal del cuerpo técnico y médico que trabajan a diario con el primer equipo en Paterna. A nivel económico la destitución de Marcelino es cara. Por estos motivos Mateu Alemany duda, aunque aguantar al asturiano hasta el final de temporada sin enlazar tres victorias seguidas es una opción cada vez más remota.

Desde Singapur, Peter Lim, cada día más preocupado, aguardará esta semana a ver qué sucede y luego preguntará a sus empleados Murthy y Mateu qué piensan hacer para salvar la situación si el equipo no reacciona. El propietario, no obstante, consultará, por supuesto, con Jorge Mendes al que también pedirá opinión sobre la identidad del sustituto de Marcelino si el equipo vuelve a perder. 

Marcelino había salvado una comprometida bola de partido ante el Huesca que evitó un gabinete de crisis en Navidad. Tras la derrota ante el Deportivo Alavés, vuelve a comprometer su permanencia en el banquillo del murciélago. La semana va a ser engorrosa para el entrenador. El Valladolid cerrará el sábado en Mestalla (16:15 horas) los próximos siete días y la temperatura del estadio, que ha ido caldeándose con el agónico transcurso de la temporada, funcionará como un referéndum para la propiedad.

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