Hoy es 13 de octubre
ELCHE. El Elche volvió a las andadas en el Ramón de Carranza. Un estadio que agranda su condición de escenario negro para el franjiverdismo, por cierto. Nos las prometíamos muy felices al descanso. Con la inercia de las dos victorias en casa, el equipo volvió a tirar de efectividad arriba para adelantarse pronto y protección atrás. Creíamos en el nueve de nueve. Pero los partidos duran 90 minutos. Y la segunda parte franjiverde fue una de las más horrorosas que recuerdo. No sólo del Elche, sino de todo el fútbol que habré visto en mi vida.
Lo que más leí y escuché tras el choque son intentos de explicar qué pudo pasar. Puede haber múltiples interpretaciones y análisis. Pero yo, por encima de todo, estoy muy enfadado. Y reconozco que me mosquea que no percibo ese sentimiento tan fuerte en el entorno. No confundamos la perspectiva con la complacencia prácticamente total.
Es inconcebible que el equipo menos goleador de Segunda te marque cinco tantos en 25 minutos. Me dan igual el potencial del Cádiz, Salvi y Lekic, que acertaran todo, las limitaciones del Elche, la baja de Neyder, el margen con el descenso y un sinfín de 'es ques'. Sé lo impredecible e ilógica que es la categoría, pero aquí me resulta casi imposible asumirlo sin más. Hay que dar ‘palos’ cuando, en mi opinión, están sobradamente justificados ¡Cinco goles en 25 minutos! ¡El equipo menos goleador de Segunda! Por favor…
Sobre todo, porque no es la primera ni la segunda goleada que el Elche sufre en poco más de tres meses de competición. En la última salida liguera, el Deportivo te marca cuatro sin su pichichi. ¿Demasiado abultado para sus méritos? Puede que sí. Pero nadie se acordará de eso en el futuro. Sólo verán el resultado.
Días después, el Córdoba, que iba colista en Liga y había perdido todos sus compromisos a domicilio con tres goles encajados como mínimo, le gana 1-4 en Copa. Los franjiverdes casi ni crearon peligro. El gol del honor llegó en el tiempo añadido. A esta derrota quise ponerle un asterisco por ser Copa y jugar con el teórico equipo B, pero estoy por quitárselo. Ni es normal encajar 13 goles en tres partidos ni hay que minimizarlo.
Sobre el desastre del domingo, varios me han comentado la debilidad en el carril zurdo y la necesidad que hubo de reforzarlo con Manu. El sistema de cinco atrás puede conllevar estas dificultades. Borja Martínez, ahora señalado, quizás demostró que no tiene aptitudes defensivas para ser carrilero. A toro pasado es muy fácil hablar sobre lo que haríamos. Qué sencilla sería la vida si pudiéramos dar marcha atrás para corregir. Pero eso no quita que cada uno pueda opinar y criticar.
Y aquí Pacheta, desde mi punto de vista, se equivocó. Y no soy el único que piensa igual. El técnico del Elche transmite mensajes de fútbol ofensivo en sus ruedas de prensa, pero no pasa nada por meter a un zaguero desde el banquillo. Cervera hizo dos cambios tras el descanso que variaron el desarrollo del partido. Es verdad que los goles llegaron al inicio del segundo periodo, pero Pacheta no hizo nada por frenar la hemorragia. Perdió el duelo de entrenadores. Y me pareció mal su casi nula autocrítica.
Estar teóricamente destinado a sufrir por la salvación y tener "dientes de sierra" en el rendimiento no debe ser sinónimo de encajar goleadas con frecuencia. Debe atajarse. Espero que este severo correctivo enrabiete al equipo y se tenga una reacción similar a la cita frente al Málaga (2-0). Pero que esto no se convierta en un círculo vicioso. La competición sigue y queda mucho por remar. Faltan 36 puntos. #GanarALasPalmas.