ALICANTE (EFE). Este miércoles se cumplen tres años desde que el Elche logró escapar de Segunda B tras ascender en la Ciudad Deportiva de Villarreal, dando paso a un trienio mágico en el que dio un nuevo salto a Primera y logró consolidarse en la categoría.
Esa derrota (2-1) fue una de las más dulces de la historia del Elche, ya que permitía a la entidad regresar al fútbol profesional solo un año después del descenso y suponía un alivio económico para la entidad, en plena crisis financiera.
Tras una temporada irregular, en la que el equipo siempre estuvo en cabeza, pero sin ofrecer garantías, lo que provocó dos cambios de entrenadores (Vicente Mir y Josico), la llegada de José Rojo ‘Pacheta’ le dio estabilidad y solidez al equipo.
De hecho, el Elche, que finalmente quedó tercero en la Liga, solo perdió un partido con el burgalés en su banquillo, precisamente el del Villarreal.
El Elche llegó al partido de vuelta de la última eliminatoria por el ascenso con una clara ventaja del encuentro de ida, disputado una semana antes, (2-0) pero sin confianzas ante el enorme potencial del filial del Villarreal.
El encuentro, sin embargo, se puso muy pronto de cara para el equipo ilicitano, que a los 14 minutos lograba marcar por medio de Benja Martínez.
El Villarreal B, sin embargo, no paró de rondar el gol y convirtió al portero José Juan en el héroe del partido. El Elche acabó perdiendo 2-1, ya que recibió el segundo tanto en el tiempo de prolongacion, pero pudo celebrar un ascenso que acabaría cambiando la historia del club.
Tras un año de consolidación en Segunda, con buena parte del equipo que logró el ascenso, el Elche daría la sorpresa hace dos temporadas al colarse en la promoción de ascenso y lograr subir a Primera tras apear a Zaragoza y Girona contra todo pronóstico.
Y en la recién finalizada temporada, pese a tener poco tiempo de planificación y el menor presupuesto de la categoría, el equipo ilicitano, que estuvo 16 jornadas consecutivas sin ganar y virtualmente descendido a dos del final, logró forzar una carambola de resultados que le dio la salvación.
A pesar de la euforia y el impacto del ascenso a Primera, dirigentes y entorno siguen señalando a Villarreal como el punto de inflexión, ya que son conscientes de lo complicado que es escapar de Segunda B, tal y como le está pasando a otros equipos de su entorno más próximo.