VALÈNCIA. El Ciutat de València estrenó un ahogado césped ante el Real Madrid. El Levante había cambiado el tapete de su estadio durante el parón de verano por pretemporada después de la cadena de eventos de ocio que han tenido lugar en Orriols durante el verano, de hecho no ha habido durante el período estival partidos en el estadio granota. Sí entrenamientos, como el que la propia plantilla completó precisamente el sábado sobre el nuevo tapete, que no tuvo un gran estreno.
El verde pareció anegado, demasiado regado, y ambos equipos acusaron la dificultad para que la pelota rodara. De hecho al propio Levante le costó a horrores combinar. La hierba se regó antes de arrancar el encuentro, durante el calentamiento, y al descanso, como se hace de manera habitual. Sin embargo, en el segundo tiempo el terreno mostró otra imagen a medida que pasaron los minutos.