VALÈNCIA. Selecciono una de mis recopilaciones virtuales mientras voy Alfafar para comprar víveres. Suena Borderline de Tame Impala. Fantaseo con la posibilidad de adaptar todo lo que diga a partir de ahora a la métrica de sus versos, y hablar cantando pero con el falsete de Kevin Parker. En Carrefour compro una libreta porque he decidido que la próxima novela la voy a escribir directamente a mano, como si fuera una redacción de colegio muy larga. Cuando tenía 15 años escuché una canción de titulada My Head Is My Only House (Unless When It Rains). Era una versión grabada por The Tubes que me sirvió para descubrir a su autor, Captain Beefheart. Pero sobre todo me brindó una imagen de mí mismo con la que poder definirme a mí mismo. He de aprovechar este momento, que tampoco sé cómo definir, para empezar a redactar una historia. Escribir. Como si fuera surfista y tuviese que aprovechar una ola enorme que se aproxima. Acabo de leerme Boulder, de Eva Baltasar y volvería a leerlo una y otra vez hasta empaparme por completo de su lenguaje. Me planteo abordar la literatura siguiendo ejemplos de la música pop. Los Rolling Stones querían ser Chuck Berry y Bo Diddley, pero al final creaban una música que no era exactamente esa. Partir de un patrón para hacer algo que, si todo va bien, no se parecerá a ninguno de los patrones.
Lo Más Leído
-
1La española Sara Sorribes dice adiós a Cluj en dieciseisavos de final
-
2La RFEF estima una inversión de 540 millones para acondicionar los 11 estadios del Mundial
-
3La vuelta a la Comunitat Valenciana 2025 arranca con una contrarreloj por equipos en Orihuela
-
4Felipe cree que la plantilla ahora es “más equilibrada” y con “más posibilidades”
-
5Valencia Basket cierra la fase de grupos de la Eurocup en la Fonteta
Suscríbete al canal de Whatsapp
Siempre al día de las últimas noticias
Suscríbete nuestro newsletter
Siempre al día de las últimas noticias