El otro día se presentaba la programación del complejo de L'Escorxador de Elche a cargo de la concejala de Cultura Irene Ruiz y del director José Luis Más. Y me vino a la memoria cómo este centro se abrió a finales de los noventa con vocación de ser un referente regional, incluso más, para la exhibición y producción de cultura contemporánea, y así fue en los primeros años: días de gloria con Paco Sarabia y con Alicia G. Núñez. El primero sabe de todo/todísimo, lo siente, y la segunda es periodista, poeta, escritora y artista sonora entre otras cosas. El nivel fue más que notorio: salían reseñas de Elche en medios y guías de ocio de ámbito nacional. Eso ya nunca se ha repetido. Sarabia se despidió con un inmenso documental y posterior coloquio sobre Israel Galván. El PP, Mercedes Alonso, accedió a la Alcaldía en 2011 y la cosa se fue desinflando lentamente con David López, estimado. Demasiada modernez para Mercedes, no para David. Programación demasiado cara, demasiado exquisita, demasiado de todo... PSOE/Compromís siguieron en la misma tónica: desidia, presupuesto raquítico y a cumplir con el expediente. Y seguimos, grosso modo, y con excepciones, en las mismas. Sobredosis de teatro amateur en medio de un revoltijo más o menos correcto. Hay excepciones, ojo. El ciclo de música indie que se celebra en verano. Y algo de danza contemporánea.
En 2010 se abrió en Alicante, con la misma filosofía inicial que L'Escorxador, el complejo de Las Cigarreras, cuando era concejal de Cultura Miguel Valor y alcaldesa Sonia Castedo: es decir, el PP. La primera gestora fue Gertru Gómez. Se deshizo el estereotipo de que la cultura contemporánea era incompatible con la derecha. Ahora hay temor y regresión con Vox (caso del Consorcio Valenciano de Museos, menudo pollo). Pero el PP, que yo sepa, no es la extrema derecha. Vox, sí.
Las Cigarreras absorbió incluso ciclos y certámenes desechados en L'Escorxador. Recuerdo, por ejemplo, el festival de perfo-poesía No Somos Tan Raros, impulsado entre otros por Manolo Macià (siempre recordado y querido) que se trasladó en 2013 de Elche a Alicante cuando se cumplía la cuarta edición. Estrella invitada: Santiago Auserón, Juan Perro. Pasaron los años y ahora se celebra en Las Cigarreras Bello Público, un certamen poético experimental y heterodoxo. En este asunto, como en otros, Alicante le ha comido la tostada a Elche. No sé si en la cumbre, borrascosa, que mantuvieron recientemente Luis Barcala y Pablo Ruz para sincronizar actuaciones entre ambos municipios se habló de compartir proyectos culturales... lo dudo. La coreógrafa Asun Noales, directora de la compañía Otra Danza e impulsora de Abril en Danza, ha tenido que pedir apoyo a Murcia ante la racanería que se gastan los ayuntamientos de Elche y Alicante, y la Diputación de Alicante. De eso no se habló en la cumbre. Noales, que nos ha traído dos especies de máster-class de monstruos como Cesc Gelabert y Sol Picó. Y una delicatessen absoluta: la intervención en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) del artista israelí Sharon Freedman. Todo ello en compañía de Rosa Castell, gestora del Museo.