ALICANTE. La gestión de los residuos de Alicante ya tiene una hoja de ruta definida. Y, por primera vez, con dos hitos principales fijados en el calendario en fechas concretas: la recogida selectiva del residuo orgánico estará en marcha en 2022, y el nuevo contrato por el que se regulará el servicio se pondrá en marcha en 2023, con todas las mejoras diseñadas ahora en el Plan Local de Residuos (PLR) de la ciudad. Ese es el cronograma esencial que se dio a conocer este viernes en la presentación de ese proyecto: un trabajo desarrollado a lo largo de casi dos años que convierte a Alicante en la primera gran población de la Comunitat en disponer de esa planificación, en cumplimiento de la obligación establecida en el Plan Integral de Residuos (PIR).
¿En qué consiste exactamente ese Plan Local de Residuos (PLR) y cómo se pretende ejecutar esos dos primeros hitos? Básicamente, el PLR es el documento que sienta las bases por las que se debe regir la gestión del servicio en el periodo comprendido entre 2020 y 2028. La pretensión del equipo de gobierno (el bipartito compuesto por PP y Cs) es que pueda aprobarse de manera inicial en el pleno de junio para acelerar la entrada en vigor de todas sus previsiones. Entre ellas, la licitación de los nuevos contratos en los que se pretende despiezar la prestación: uno para la limpieza y recogida de residuos, otro sobre la explotación del vertedero y un tercero sobre la gestión de ecoparques.
El objetivo fundamental del PLR es reforzar la recogida selectiva para minimizar la llegada de residuos a la planta de tratamiento de Fontcalent, según precisaron el concejal de Limpieza, Manuel Villar (PP), y el jefe de Servicio, el técnico Manuel Marco. Es más, ambos insistieron en que la meta a batir es que, dentro de seis años, se pueda llegar a separar el 50% del total de los desechos urbanos, frente al 30% que se retira de manera clasificada en la actualidad.
El primer paso para ello es evitar la generación de residuos que llegan a vertedero e implantar sin más demoras la separación de los residuos orgánicos. La intención del departamento de Limpieza es aprobar la modificación del contrato actual que resulta necesaria para que pueda ponerse en marcha desde el próximo enero. Se trata de un acuerdo en el que el departamento de Limpieza lleva trabajando desde hace meses y que conlleva que se concierte algún tipo de prórroga de la prestación, puesto que la concesión operada por UTE Alicante (FCC, Ferrovial, Inusa y Cívica) vence el próximo mes de septiembre.
El PLR plantea ampliar el número de contenedores con la incorporación de otros 4.000 para incrementar los porcentajes de separación de residuos, además de la construcción de tres nuevos ecoparques con ecopuntos móviles
Ese es, precisamente, el mes en el que se prevé sacar a licitación los pliegos de al menos dos de los tres nuevos contratos: el de limpieza y recogida y el de ecoparques. En principio, se calcula que el primero (limpieza y recogida) no quedará adjudicado hasta principios de 2023, ya que conlleva una compleja tramitación administrativa en la que, entre otros puntos, se requieren de acuerdos autonómicos previos (como el visto bueno de la Junta de Contratación), además de largos tiempos de licitación para que las empresas interesadas puedan presentar ofertas. La consecuencia es lógica: debe adoptarse un acuerdo (una prórroga o cualquier otra fórmula jurídica similar) que garantice la continuidad de ambos servicios al menos hasta esa fecha. Por el momento, no se ha detallado cuál va a ser el encaje para esa ampliación del contrato ni cuál va a ser su coste económico definitivo.
A priori, el contrato para construir y gestionar la red municipal de ecoparques (el actual, en Aguamarga, que tendrá que reformarse, y otros tres más distribuidos en distintos puntos de la trama urbana, no en el extrarradio) debería quedar adjudicado mucho antes, al no requerir una tramitación tan intrincada.
El tercer y último contrato, el que atañe a la gestión del vertedero, podría licitarse a principios de 2022, puesto que ya está prácticamente terminado el documento previo: su proyecto de gestión. Y, según Villar, la previsión es que también pueda quedar adjudicado un año después, en 2023.
Así, la prioridad es introducir ya la recogida selectiva del residuos orgánico sin esperar al resultado de esos nuevos concursos. ¿Cómo? En dos vertientes. En primer término, para uso general del conjunto de la ciudadanía, se extenderá la instalación de contenedores para el depósito de desechos orgánicos (restos de comida) completando las islas de residuos actuales con el contenedor marrón. A través de esa vía, se apuesta por el desarrollo del compostaje colectivo, que permita producir un compost de alta calidad en la planta de tratamiento de Fontcalent.
En segundo término, para los grandes productores, como instituciones (colegios) o las actividades ligadas al canal Horeca (supermercados y hostelería), se pretende instaurar un servicio de recogida puerta a puerta, con rutas y horarios definidos en ciertos ámbitos como la zona Centro, así como la instalación de contenedores cerrados con sistema de identificación personal para su apertura.
Además, Marcó explicó que el PLR también incluye un nuevo plan de recogida de poda en zonas rurales a demanda, así como la implantación de puntos de compostaje comunitario en zonas diseminadas en pedanías, donde se pueda utilizar el compost para lo que se requerirá disponer de al menos 30 metros cuadrado de jardín, ademas de permitir el autocompostaje.