VALÈNCIA. El entrenador del Elche, el argentino Jorge Almirón, cumple este viernes cien días como entrenador del equipo ilicitano, periodo en el que ha completado un curso acelerado de adaptación tanto a su nuevo equipo como a la competición española.
Almirón, único entrenador debutante en Primera en la presente temporada, fue anunciado como técnico del Elche el 26 de agosto, apenas tres días después de que equipo certificara su ascenso.
El argentino llegó al club avalado por el máximo accionista, el también argentino Christian Bragarnik, y en contra de la opinión popular, que reclamaba la continuidad de José Rojo ‘Pacheta’, ídolo de la afición y el entrenador que llevó en dos años y medio al Elche de Segunda B a Primera.
A pesar de su currículum, Almirón despertó dudas en parte de la hinchada como consecuencia de su falta de experiencia en la competición española.
El entrenador, que ni siquiera conocía a los jugadores que continuaron tras el ascenso, disponía apenas de dos semanas de trabajo para armar un equipo que pudiera competir en la máxima categoría.
A los problemas de efectivos se sumaron los burocráticos, ya que tuvo que pasar un control de un comité de expertos de la FIFA para acreditar su experiencia y obtener la licencia, que llegó tras la primera jornada, en la que no se sentó en el banquillo y en la que el Elche confirmaba algunos malos augurios al perder (0-3) ante la Real Sociedad.
Sin embargo, el entrenador tuvo la habilidad de aparcar el ideario futbolístico con el que conquistó títulos en Argentina para apostar por lo que el equipo necesitaba en ese momento: solidez defensiva para sumar puntos y ganar tiempo y confianza.
Jorge Almirón se apoyó en la columna vertebral del pasado curso, acostumbrada a sufrir y a defender, como quedó demostrado en la fase de ascenso a Primera, y el equipo comenzó a recolectar puntos con victorias en campos de rivales directos, como los del Eibar (0-1) y el Alavés (0-2).
Los primeros triunfos dieron estabilidad al equipo, reforzado sobre la bocina de cierre del mercado con varios jugadores del agrado y conocidos del técnico, como los argentinos Iván Marcone, Guido Carrillo o Emiliano Rigoni.
Los parones de la competición por las ventanas FIFA dieron al entrenador algo más de tiempo para conjuntar sus piezas y el equipo añadió a su casillero una victoria de prestigio ante el Valencia (2-1).
Sin embargo, noviembre no fue el mejor mes, ya que el Elche, pese a los intentos del entrenador por hacer evolucionar el juego, no logró ganar ningún partido, al caer ante el Betis y empatar frente a Celta, Levante y Cádiz.
Pese a todo, los números de Almirón son mucho más positivos de lo que cabía esperar para un equipo con el límite salarial más bajo de la categoría, ya que el Elche no ha pisado la zona de descenso, sobre la que mantiene un margen de dos puntos, a pesar de tener dos partidos todavía pendientes.
El técnico argentino defiende que el Elche sigue avanzando hacia otra forma de jugar, como se ha confirmado en las últimas jornadas, en las que ha mutado del sistema de tres centrales a la línea de cuatro en defensa.
“Estamos en crecimiento y armando aún el equipo”, defiende el técnico de San Miguel, de 49 años, quien desde el primer día tuvo claro que la clave para la permanencia pasa por asumir “que cada partido es una final”, especialmente los duelos ante “rivales directos”, en los que el Elche, de momento, está invicto.