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Álvaro, el hermano mayor de Alcaraz: "Carlos y yo éramos como Zipi y Zape y nos picábamos mucho"

Fotos: CA

"Todo lo enérgico que es Carlos cuando sale a jugar lo es de tranquilo fuera. El tenis le hace estar muy vivo, pero cuando deja la raqueta está muy calmado y va a su bola y al ralentí", dice el primero de los Alcaraz Garfia, quien reconoce las diferencias entre ambos en lo futbolístico: "Él es del Madrid y yo del Barça y nos tiramos pullas de vez en cuando"

20/09/2022 - 

MURCIA. Dicen que tras un gran campeón hay mucha gente detrás que le ha ayudado a serlo y en el caso de Carlos Alcaraz Garfia, el joven tenista murciano que a sus 19 años es el número 1 del tenis mundial, no iba a ser diferente.

En la familia de Carlitos y en su equipo han hecho mucho para que él esté en la cima y uno de quienes mejor le conoce es su hermano mayor, ahora también miembro del grupo de trabajo que capitanea Juan Carlos Ferrero como entrenador.

Álvaro Alcaraz Garfia, tres años y medio mayor que Carlos, es seguramente quien más horas ha pasado con él desde que eran niños y habla abiertamente de su relación y de cuestiones del nuevo rey del tenis mundial que no son tan conocidas de él. Lo cuenta en esta entrevista a Murcia Plaza.

Durante años han compartido habitación durmiendo en una litera, Carlos en la cama de abajo y Álvaro en la de arriba. En Nueva York soñaron con el título en el US Open en una estancia doble en la ciudad de los rascacielos


- Has pasado a ser uno más en el equipo de Carlos, ¿cómo se gestó la incorporación?

- Acompañé a mi hermano en algunos torneos de forma puntual y tras la gira americana se puede decir que ya estoy en el equipo. Mi presencia es fundamentalmente como apoyo familiar y para hacer que él se sienta cómodo, como si estuviera en casa cuando se encuentre lejos y como hermano mayor suyo que soy creo que le pudo ayudar y sumar también en el plano personal.

- Además que estés ahí parece que le da fuerza y, a tenor de los resultados, es más que positivo. 

- Estuve en Roland Garros con Carlos y también en algún torneo suelto por España hasta que acudí a Brasil y, tras una buena semana allí, ganó el ATP 500 de Río, su primer título de este año. A continuación estuvimos juntos en la gira americana, que no empezó tan bien en Montreal y luego fue algo mejor en Cincinnati hasta que llegó el US Open y sabemos lo que hizo allí. Se ve que le doy suerte. 

- ¿Cómo fueron esas dos semanas en Nueva York que tan bien concluyeron?

- Fue algo extraordinario lo que vivimos tan intesamente en Flusihng Meadows, en la ciudad y en el hotel. Los partidos los seguí con muchas ganas e ilusión pero también con tensión y viendo la ambición que había en el equipo por ganar el título.

- Además compartís habitación, como cuando eráis pequeños...

- Así es. Dormíamos en una habitación doble en el hotel, como hasta hace poco en casa. Hemos reformado el piso familiar de El Palmar y cada uno tiene su habitación, pero durante años hemos compartido espacio y nos acostábamos en una litera, él en la cama de abajo y yo en la de arriba.

"Siento una envidia sanísima y ahora que veo a Carlos triunfar en la ATP creo que yo podía haber seguido jugando, pero ante todo disfruto al presenciar lo que es capaz de hacer en la pista y me entran ganas de coger la raqueta"

- ¿Habláis mucho de tenis?

- No tanto y lo hacemos más de otras cuestiones cotidianas que pasan en el día a día.

- ¿ Y de fútbol?

- También hablamos, claro que sí. Él es del Madrid y yo del Barça y a veces discutimos pero con buen talante, lo cual no quita para que nos tiremos pullas de vez en cuando.

- Observando a Carlos en lo más alto y ya con un Grand Slam en su palmarés, ¿sientes lo que se conoce como envidia sana de tu hermano?

- Es una envidia sanísima para mí que fui jugador aficionado y llegué a disputar algunos Campeonatos de España por equipos con el Murcia Club de Tenis. Ahora que veo a Carlos triunfar en la ATP creo que yo podía haber seguido jugando, pero ante todo disfruto al presenciar lo que es capaz de hacer en la pista, con ese juego explosivo y eléctrico que tiene y que a mí, como supongo que a mucha gente, le hacen que le entren ganas de coger la raqueta. Llegué a jugar a nivel nacional y me enfrenté varias veces a Alejandro Davidovich, de quien soy amigo, y me quedó esa espina clavada de haber podido haber hecho algo más en el tenis.

- Tu hermano ya ha alcanzado un objetivo que tenía desde niño. ¿Será un sueño compartido?

- Así es. Se trata de un sueño que hemos visto convertido en realidad y nos sentimos muy orgullosos. Recuerdo que hace tiempo veíamos el tenis por la televisión, grandes finales, los partidos entre Nadal y Federer, de los que mi hermano siempre ha sido muy fan; e íbamos al ATP 250 de Valencia y allí íbamos en busca de autógrafos... Carlos pensaba que ya estar en un Grand Slam era algo lejano y en este momento ya ha ganado en Estados Unidos y es el número 1. Se puede decir que en casa estamos todos como en una nube pues ha sucedido todo muy rápido, pero hay que seguir con los pies en el suelo. 

"PARA MANTENERSE ARRIBA ES CLAVE QUE NO PIERDA LA ILUSIÓN Y EL HAMBRE Y CONOCIÉNDOLE COMO LE CONOZCO NO CREO QUE LE VAYAN A FALTAR NI LAS GANAS NI LA ENERGÍA. AUNQUE NO SÉ CUÁNTOS TÍTULOS DE GRAND SLAM SE LLEVARÁ CREO QUE PUEDEN SER ALGUNOS MÁS, PERO HAY QUE IR PASO A PASO"

- Está claro que ya ha llegado a lo más alto, pero seguramente será más complicado mantenerse ahí arriba. ¿Cómo de preparado ves a Carlos para hacerlo?

- Charly puede hacer un gran papel y trabajando así, con el equipo que tiene, puede mantenerse años entre los mejores, pero no es sencillo. Para eso es clave que no pierda la ilusión y el hambre y conociéndole como le conozco no creo que le vayan a faltar ni las ganas ni la energía. Un Grand Slam es como una matanza, pues hay que ganar siete partidos ante rivales buenísimos y algunos seguramente a cinco sets, como le pasó en el US Open, y aunque no sé cuántos títulos de ese tipo se llevará creo que pueden ser algunos más, pero hay que ir paso a paso.

- ¿Hay diferencias entre lo que es Carlos en la pista y su comportamiento fuera de ella?

- Muchas y es que todo lo enérgico que es cuando sale a jugar lo es de tranquilo fuera. El tenis le hace estar muy vivo, pero cuando deja la raqueta está muy calmado y va a su bola y al ralentí.

- Al haberos criado juntos, ¿no faltaría la típica rivalidad entre hermanos?

- Es así y la había en el tenis, porque en nuestra familia siempre se ha jugado a este deporte al haber sido mi padre tenista, pero los piques entre Carlos y yo se daban en cualquier ámbito. De hecho, nos inventábamos juegos con la raqueta y la pelota e íbamos de reto en reto a ver quién lo hacía mejor. 

"TODO LO ENÉRGICO QUE ES CARLOS CUANDO SALE A JUGAR LO ES DE TRANQUILO FUERA. EL TENIS LE HACE ESTAR MUY VIVO, PERO CUANDO DEJA LA RAQUETA ESTÁ MUY CALMADO Y VA A SU BOLA Y AL RALENTÍ"

- ¿Os peleabais mucho?

- Sí. Digamos que no faltaban los rifi rafes, pero eran tonterías de críos y entre los dos siempre ha habido una muy buena relación. 

- ¿Y eráis de los que hacían muchas trastadas?

- Alguna que otra sí. Recuerdo un día que mi abuela hizo palomitas de maíz y entre los dos se las lanzábamos a mi abuelo -el de la conocida frase 'cabeza, corazón y cojones'- mientras él estaba tranquilamente viendo la tele y nos escondíamos. Éramos unos críos pero recuerdo que él acabó enfadándose. En ese sentido éramos un poco como Zipi y Zape y nos picábamos mucho.

- ¿Hasta cuándo le ganabas a tu hermano en una pista y una red de por medio?

- Estuvimos jugando en el club Tiro de Pichón el uno contra el otro durante años, hasta que yo tenía 16 o 17, y recuerdo que jugamos un par de finales de un torneo regional que patrocinaba Postres Reina. En la primera me impuse yo y en la segunda ya ganó él. Se puede decir que lo dejamos en empate. 

"MI HERMANO ES CABEZÓN Y ESO, AUNQUE SE PUEDA VER COMO UN DEFECTO, A VECES TAMBIÉN PUEDE SER ALGO BUENO. LO QUE ESTÁ CLARO ES QUE SI ÉL CONSIDERA QUE TIENE RAZÓN RESULTA DIFÍCIL HACERLE CAMBIAR DE OPINIÓN. POR OTRA PARTE, ES UN CHAVAL MUY COMPRENSIVO CON TODOS Y MUY GENEROSO, ALGUIEN AL QUE NO LE GUSTA DECIR QUE NO Y LE CUESTA HACERLO"

- ¿Cómo era Carlos cuando perdía?

- Se enfadaba y ya quedaba claro que, además de un don especial para jugar al tenis, tenía mucho carácter y que era un competidor nato. Esa ambición creo que es su principal característica ahora que es profesional.

- De Carlos se suele decir que es muy persistente y que hasta que no consigue lo que quiere no para y la prueba es hasta el lugar al ha llegado ya. ¿Es así de verdad?

- Es cabezón y eso, aunque se pueda ver como un defecto, a veces también puede ser algo bueno. Lo que está claro es que si él considera que tiene razón resulta difícil hacerle cambiar de opinión.

- ¿Y cuál es su mayor virtud en lo personal?

- Es un chaval muy comprensivo con todos y muy generoso, alguien al que no le gusta decir que no y le cuesta hacerlo.


Álvaro, nacido el 2 de noviembre de 1999 en El Palmar -está próximo a cumplir 23 años-, es el mayor de los cuatro hermanos Alcaraz Garfia, y también fue jugador de tenis y lo sigue siendo aunque ya sin competir en un deporte que él empezó a practicar algo más tarde que su Carlos -tenía 10- y en el que tanto está destacando el segundo de la lista fraternal.

Además jugó al fútbol y al futbol sala en la pedanía y en la actualidad ejerce como monitor de tenis y como tal jugará su papel en el equipo del actual número 1 del mundo. De hecho, suele hacer de "sparring" para el flamante ganador del Abierto de Estados Unidos y con él se dedica a pasar bolas en los entrenamientos, además de suponer un incuestionable apoyo personal.

"Me gustan prácticamente todos los deportes y ahora estoy jugando bastante al pádel participando en algunas competiciones nacionales", cuenta otro Alcaraz Garfia, apellidos tan vinculados al mundo de la raqueta.

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