VALÈNCIA. Tiró por la basura el Valencia CF los primeros 45 minutos. A pesar de empezar bien el encuentro con una ocasión clara de Maxi en una acción a balón parado, donde hizo un magnífico control y un recorte excelente con su pierna izquierda y cuando todo el estadio saboreaba el gol el central del Mallorca evitó que los ches se adelantaran en el marcador.
Los visitantes no creaban excesivo peligro, pero sí que estaba presionando bien en zona de inicio del rival incomodando la circulación, sin dejar maniobrar con claridad. Se equivocó el Valencia con una propuesta futbolística de salir desde atrás con balón. Su posesión era estéril con muchos pases horizontales y haciendo intervenir más de la cuenta a Cillessen en la canalización. Eso provocó que el Mallorca tuviera oportunidades de robo en zona de riesgo. Fruto de esos riegos llegó el primer gol bermellón. En un doble error de Racic primero en la pérdida y después en una mala defensa ante Kang In que se adentró en área valencianista hasta la línea de fondo y asistió a Ángel que definió a la perfección con su pierna derecha avanzando al Mallorca en el marcador.
Y siete minutos después una jugada por banda derecha de Maffeo que asistió a Dani Rodríguez con la colaboración de Diakhaby introdujo el balón en el palo más alejado de la portería valencianista. Se ponían las cosas muy complicadas en Mestalla y se llegaba al descanso con sensaciones muy negativas y un rival que te había superado en el terreno de juego por tus propios errores tanto individuales como colectivos y se iba al vestuario con una gran ventaja.
Como no podía ser de otra manera reaccionó Bordalás haciendo triple cambio en el descanso con la entrada de André, Alderete y Soler por Maxi, Diakhaby y Racic para ganar en llegada con entradas del canterano, movilidad con André y salida de balón con el paraguayo. El Valencia tenía el control del juego y llegaron las primeras aproximaciones a la portería defendida por Manolo Reina. Llegó la jugada clave en el minuto 55 con la expulsión por doble amarilla de Kang In Lee. Obligó a los baleares a replegarse y trabajar con un bloque bajo. Dejó que el Valencia tuviese profundidad por banda y moviera el balón de un lado a otro. Empezó el Valencia a abusar de los centros laterales que no fueron siempre buenos y no creaba excesivo peligro. Las mejores ocasiones fueron un disparo de Gayà tras un rechace y un buen remate de Marcos André al palo y sacado en la línea de gol por Valjent tras un buen centro de Hélder Costa, otra acción meritoria del angoleño que tras recibir en banda recortó hacia su pierna hábil y remató con el interior. Reina estaba batido pero un defensa salvó el gol.
Buscó mas gol y frescura Bordalás con la entrada de Vallejo, pero el partido parecía un querer y no poder por parte valencianista. El rival se defendía con orden e intentaba salir a la contra. Una de ellas llegó un disparo de Oliván al que respondió Cillessen con seguridad. En los últimos minutos llegó el quinto cambio de Bordalás con la entrada de Jason para dar más calidad a los centros. Se llegó al 90 con desesperación e impotencia. El Valencia veía como el partido se le escapaba por errores impropios de un equipo de élite pese a jugar 40 minutos con un hombre más.
Guedes que lo había intentado de todas las maneras controló un balón por dentro y sin pensárselo dos veces sacó un fuerte disparo con su pierna derecha. Tocó en un defensa con la cabeza y recortaba distancias con el 1-2. Daba una ligera esperanza para poder sacar un punto y tuvieron premio con más actitud y orgullo que fútbol. Empujó hasta final y en una jugada épica que empieza con un sprint defensivo de Paulista. Evitó un gol cantado con una excelente acción defensiva al rebañar el balón a Fer Niño.
Vallejo metió la pelota en el área en la última jugada y Marcos André asistió a Gayà con una estirada acrobática. El capitán acomodó su cuerpo para rematar con la izquierda y poner la igualada provocando el delirio en las gradas. Otro punto que salva el Valencia CF contra el Athletic por orgullo y actitud, pero con poco fútbol.
La conclusión final es agridulce. El Valencia estaba obligado a ganar y no ocurrió porque no jugó bien. Se equivocó el equipo al jugar en corto y no contrarrestar el presing en despliegue de su rival. Regaló 45 minutos con fallos groseros e impropios de Primera división. Los cambios en el once salvo Hélder Costa -realizó un buen partido dando 1 x 1, verticalidad y juego asociativo- no estuvieron acertados. Me gustó el míster dando oportunidades a jugadores que estaban reclamándolas y reaccionando en el descanso con tres cambios señalando a algún jugador por bajo rendimiento como Maxi. Buscó refrescar el ataque mediada la a segunda parte con Jason y Vallejo y dándole un toque de atención a Yunus Musah. Ahora, el miércoles a viajar a Sevilla e intentar romper la racha negativa de seis jornadas sin ganar. Punto meritorio por la manera que puede influir positivamente en el grupo para encarar los próximos entrenamientos y partidos ante Betis y Villarreal.