ALICANTE. Antonio Aranda fue junto a Carlos Abad el gran responsable de que el Hércules regatease el lío este domingo. Si el portuense salvó al equipo en hasta cuatro ocasiones al evitar goles del Sevilla Atlético, el hueteño hizo lo propio en una, pero a la postre fue suficiente: el zapatazo con la derecha con el que despejó de telarañas la escuadra de la meta contraria puso en ventaja en el marcador al equipo, una situación que se mantuvo hasta la finalización del choque.
Rubén Torrecilla le levantó el 'castigo' y el futbolista le correspondió hasta cierto punto, toda vez que siguió sin hacer gala de la actitud defensiva que le reclama, pero desatascó un partido que pintaba feo.
Aranda es "un hijo" para el preparador blanquiazul, quien lo conoce bien de cuando coincidieron (hasta tres cursos) en la cantera del Granada y no duda en identificarse como "su mayor valedor" en el club del Rico Pérez, pero eso no es óbice para que si su estado mental y/o físico no es óptimo sea el damnificado de sus decisiones. Lo anterior explica que pasase de titular en las primeras siete jornadas ligueras al ostracismo.
Algo (bueno) sucedió la semana pasada para que Torrecilla le reabriera las puertas del once, con independencia de que 'Nico' Espinosa se sumase en la lista de bajas a la de Soldevila o que Mario García no estuviera aún para jugar de inicio.
"Estoy contento por él, hablamos durante la semana y ha hecho un partido muy correcto pese a jugar una posición que no es la suya", manifestaba el técnico sobre Aranda tras la victoria frente al Sevilla Atlético, un envite en el que el futbolista percutía por el flanco izquierdo del ataque, a pierna cambiada. Su gol ya forma parte de uno de los mejores de la Primera Federación 2024/25, pero deben llegar más... veremos si desde la citada posición o por el centro, de segundo punta, rol en el que hasta que se lesionó Torrecilla veía más a Soldevila. Este no va a volver hasta 2025, así que si Aranda da continuidad a las buenas vibraciones que le transmitió a Torrecilla con su trabajo en los entrenamientos, 'Nico' vuelve a estar en disposición de jugar y Mario García ya está para hacerlo de inicio... lo que resta hasta el parón invernal se antoja como el momento del hueteño (a no ser que a Torrecilla le dé ahora, con la recuperación de Romera, por empezar a jugar con dos '9' de inicio).
En el horizonte blanquiazul aparecen la visita a Mérida, seguida del derbi con el Alcoyano en el Rico Pérez y la cita con el Sanluqueño en El Palmar para despedir un año 2024 para recordar en lo futbolístico. Es decir, un envite ante un adversario que se le suele indigestar y que ahora cuenta como referentes con el exsocio futbolero de Enrique Ortiz en los despachos, Juan Carlos Ramírez, y un exfutbolista blanquiazul en el banquillo, Juli Cerdá, precedido y seguido de dos dueloscuya disputa exigirá un largo desplazamiento.
