VALÈNCIA. Formado en las categorías inferiores del Twente holandés, el danés Joachim Andersen llegó para reforzar la zaga de la Sampdoria en verano del 2017. Los Países Bajos constituyen un lugar idóneo para la formación de jóvenes talentos con aptitudes para jugar el balón; sin embargo, fue en Italia donde Andersen se curtió a nivel táctico y físico. En su segunda temporada en Génova, se convirtió en indiscutible para Marco Giampaolo. De hecho, su buen rendimiento le valió su fichaje por el Olympique de Lyon por 24 millones de euros en julio de 2019 (la Sampdoria se gastó menos de 2 millones dos veranos antes).
Su capacidad de anticipación y velocidad para maniobrar en espacios cortos le confieren buenas características para la disputa del balón. A partir del robo, Andersen está dotado para sacar la pelota bien jugada y lanzar el contragolpe a partir de una buena entrega al compañero mejor colocado. Como complemento, es un jugador con facilidad para efectuar desplazamientos en largo. Con un fuerte físico, una buena capacidad de salto y 1,92 m de altura, el danés es un arma importante a balón parado en cualquiera de las dos áreas.
En contrapartida, Joachim Andersen es un central que, en ocasiones, muestra excesivo ímpetu a la hora de salir a interceptar un pase o sacar el balón jugado desde zonas arriesgadas, provocando algunas pérdidas de balón y ciertos desajustes que facilitan llegadas peligrosas del cuadro rival a su área. En cualquier caso, este futbolista llama la atención por este tipo de características; por su decisión a la hora de disputar balones divididos y por saber meter la pierna en el momento adecuado para robar y sacar rápido el contragolpe. A sus 24 años, un central aún tiene cierto margen de mejora, y Andersen, que anhela un hueco en su selección para la próxima Eurocopa, puede ser una muy buena opción para reforzar la defensa de Javi Gracia.