VALÈNCIA. Baraja es el clavo ardiendo al que agarrarse. Lo tengo claro. Renovar al 'Pipo' por una temporada es una gran noticia para el Valencia, aunque entiendo a aquellos valencianistas que les deja un sabor agridulce porque también lo es para la comodidad de Peter Lim en el club. El máximo accionista ha encontrado el entrenador perfecto, una leyenda que le sirve de escudo, le rentabiliza al máximo las herramientas y que conecta con el valencianismo porque goza de un sentimiento puro por el murciélago que siempre brilla por su ausencia en Meriton.
El problema reside en pensar que la continuidad de Baraja es una aspirina para Peter Lim. ¿Por qué? Pues alguien va a tener que sentarse en el banquillo y en esta travesía por el desierto sin fecha... lo mejor es que tengas un capitán que sepa encontrar agua en el mismo. Y Baraja lo ha conseguido contra todo pronóstico. No era de los que confiaba en exceso cuando fue llamado a filas tras dos años sin entrenar, pero los hechos son incontestables.
Tener un entrenador responsable como Baraja es una garantía para el valencianismo. No sabemos lo que tardará Peter Lim en poner 'Se Traspasa', pero un líder que sostenga al Valencia en Primera en este tiempo de oscuridad es indispensable. Luego, si llegase otro Gattuso que acaba saliendo escopetado de Valencia por el día a día del club, el valencianismo acabaría otra vez angustiado hasta el último día por el riesgo de un descenso que pondría en jaque la existencia de un club centenario. Con Baraja, el compromiso con su gente es innegociable. Solo podemos agarrarnos a eso, porque la inversión de Peter Lim no va a aparecer.