VALÈNCIA. El entrenador del Valencia ha aprovechado estos días de vacaciones para hacer una pequeña gira por diversos medios dando a conocer sus ideas y sus métodos. Marcelino se siente seguro, seguro que un poquito más tras ese gol de Piccini en los últimos segundos, y eso lo demuestra en sus declaraciones y sus intenciones. Pero existe un tema que más allá de los goles que parece que tienen abandonado al Valencia le preocupa y le preocupa mucho. Habla de falta de acierto, simplemente de falta de acierto en los instantes finales, y estima que su equipo está jugando un gran fútbol en el que solo alega eso, la falta de acierto.
EXISTE ALGO MÁS
Y sí, vale, indudablemente sí que existe una absoluta falta de acierto, pero eso se combina un juego timorato y con un fútbol ultradefensivo que asusta. Tanto así, tan llamativo resulta, que en el último partido de Liga antes del parón navideño el Valencia se adelantó al colista y luego se dedicó a defender su escasísima ventaja ante un rival casi descabalgado de la Liga que incluso yo me atrevería a decir que mereció algo más en ese partido. Así las cosas sí combino dos ideas que me ha exportado este Marcelino para retratarse y darnos a todos a conocer esa imagen de míster asustadizo e inmóvil en sus planteamientos. Marcelino vive acomodado y agusto en ese sistema defensivo con el 4-4-2 innamovible como piedra angular de su proyecto. Y yo creo que por ahí se equivoca. El equipo sí falla goles, pero no se moviliza para conseguirlos. Y esa es un dato real y absolutamente reconocible.
LO QUE NOS ESPERA
Y sí, la realidad es obvia y esta nos indica que esa victoria por los pelos ante el colista le ha dado aire al Valencia y cierta confianza de los jugadores que sí son bien tratados por Marcelino. Existe un grupo importante que no cuenta para nada. O tienen la desconfianza del entrenador -comparativamente con la confianza que Marcelino le otorga desigualmente a otros es muy llamativa e incluso algunas veces llamativamente injusta- o son fichajes del propio entrenador que no están a la mínima altura requerida. Y eso es muy llamativo y eso dice muy poco de un Marcelino que se cargó a Zaza -que no es nada del otro mundo pero que sí que hacía vestuario, era un tipo querido por todos- para traer a dos fraudes como lo son Gameiro y Batshuayi. Ahí si se ha equivocado el entrenador y ahí si que se ha equivocado y parece que va a volver a hacerlo el propio Alemany. Miren, en un club moderno y en un club del siglo XXI darle las llaves del equipo a un entrenador es un error garrafal. Miren, Marcelino puede ser un buen técnico pero indudablemente es un mal fichador y no debería tener ese poder. El Valencia ha fallado en ese aspecto de forma notoria y esperemos que no se repita... aunque da la impresión por las palabras de Marcelino que si se repite la historia en este mercado navideño la historia va a ser básicamente la misma. Y es una pena. Ese error es grave y casi de infantiles. Un pecado para el Valencia.
LA BUENA SUERTE
Yo soy un valencianista de corazón como muchos ustedes y espero que ese triunfito ante el colista nos sirva para corregir errores y dar un paso adelante en un futuro inmediato. El Valencia, pese a las lesiones y a los apartados por Marcelino, tiene plantilla de sobra para ofrecernos otros espectáculos y para regalarnos una clasificación que merecemos a todas luces por nombre, historia y normalidad de forma absoluta. En resumen, me gusta que Marcelino hable pero me gustaría más que Marcelino corrigiera los errores cometidos. Estamos a tiempo de todo pero debemos cambiar ya. Yo al menos eso espero y también espero no equivocarme. Tiempo al tiempo. Ojalá el cambio sea automático. Nos lo merecemos todos los que sentimos el Valencia y hemos sufrido como locos. Ojalá cambie Marcelino, veremos.