VALÈNCIA. Francia no podrá alinear este martes a su máximo goleador, ni Bélgica contará con el favorito de la afición. El pase a la final del Mundial de Rusia 2018 se decidirá en San Petersburgo, sin Karim Benzema ni Radja Nainggolan. Y pocos los echarán de menos.
Si algo une a Didier Deschamps y Roberto Martínez, la víspera de su enfrentamiento en la semifinal del Mundial, es su valentía para dejar fuera del grupo a dos de sus mayores estrellas, su capacidad para aislarse del clamor general.
Deschamps dejó de convocar a Benzema cuando estalló el escándalo del "sextape". Fue un 5 de noviembre de 2015, cuando el delantero del Real Madrid fue imputado por "complicidad en tentativa de chantaje y participación en asociación de malhechores".
Según la investigación, el atacante habría aconsejado durante una concentración a Valbuena, compañero de la selección, que pagase para que no se difundiese un vídeo sexual con su compañera.
Entre los implicados se encontraba Karim Zenatti, un amigo de la infancia de Benzema, quien habría contactado con el delantero para que le informase a Valbuena de la existencia del vídeo, lo que éste hizo durante una concentración de la selección francesa en su base de Clairefontaine, el 5 de octubre de 2015.
Pese a que Benzema siempre clamó por su inocencia y, aunque la Corte de Apelación de Versalles levantó el año pasado el control judicial sobre el jugador, Deschamps siempre se mostró inflexible. "Este equipo se forjó sin él antes de la Eurocopa. Se afianzó a lo largo de la competición, tuvo buenos resultados y sigue siendo competitivo un año después. Para mí, el grupo está por encima de las individualidades", se justificó.
No le impresionó a Deschamps ni el currículo de Benzema (máximo goleador en activo de los bleus con 27 goles en 81 partidos, ganador de 4 Ligas de Campeones), ni que fuese el mejor hace cuatro años en Brasil (3 goles en 5 partidos), ni que acabase esta temporada en su mejor momento, goleador en la semifinal y la final de la 'Champions'. Ni siquiera, que en la Eurocopa le echase de menos en el partido decisivo, cuando falló Griezmann y Francia no encontró un rematador efectivo.
Deschamps, capitán de la selección francesa que hace 20 años se coronó campeona del mundo, cree que se traicionaron los códigos del vestuario y por ahí no pasa. "Hace dos años confiaba en los jugadores que respondieron a mi confianza. Puse al grupo al tanto de todo. Tomo decisiones por el bien del equipo", ha explicado.
Como él, a Roberto Martínez no le tembló la voz cuando anunció el grupo de 28 jugadores preseleccionados para el Mundial, la lista de la que saldría la convocatoria para Rusia, en la que no estaba Radja Nainggolan.
Recién fichado por el Inter, tras ser la estrella del Roma, no hay jugador más reconocible en el fútbol belga que el "Rey" (significado de Radja en indonesio).
De madre belga y padre indonesio -que abandonó la familia cuando él tenía cinco años-, con una dura infancia junto a su hermana gemela Riania, también jugadora de fútbol, y una imagen icónica, no hay día que Nainggolan no sea noticia en Bélgica. Bien por estrellar su Ferrari camino de Milán, por algún comentario en las redes sociales, por hacerse un nuevo tatuaje o por su presencia en alguna fiesta.
Los aficionados le adoran, porque añade a todo eso que se trata de un jugador distinto, capaz de cambiar un partido en cualquier momento, pero "Bob" Martínez no encontró la forma de encajarlo en su esquema.
El técnico español le probó en la posición de 6, 8 o 10 y comprobó que sólo le podía ser útil en ésta última, pero con un problema; Eden Hazard -que luce ese dorsal- o Kevin de Bruyne estaban por delante de él.
Roberto se reunió con Radja en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma, y se lo explicó: "Si yo estuviera en un club, construiría el equipo entorno a ti, pero en la selección es distinto. En un Mundial no podrías estar en el banquillo y salir los últimos minutos de un partido. No lo admitirías", le dijo.
Nainggolan pareció aceptarlo, hasta que el seleccionador anunció una primera lista de 28 jugadores y no estaba él. "Me han robado el sueño de mi infancia", publicó en una red social, en la que anunciaba su retirada de la selección.
De inmediato ardieron las redes. "Si de lo que se habla es de táctica, habría que dejar en casa a Martínez este verano", fue una respuesta jaleada. Un grupo de aficionados pidió, incluso, que se guardasen diez minutos de silencio durante los amistosos de preparación y el nombre de Nainggolan fue jaleado en el encuentro ante Portugal previo al Mundial.
El tiempo, sin embargo, ha dado la razón a Deschamps y Roberto Martínez. Con Griezmann como estrella y Mbappé reclamando la atención, Francia no añora a Benzema. En ausencia de Nainggolan, mientras, Hazard y De Bruyne han crecido hasta convertirse en dos de los mejores del Mundial.
Este martes, Karim y Radja verán la semifinal por televisión. Y pocos los echarán de menos.
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