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Bordalás y Daddy Yankee

27/10/2021 - 

VALÈNCIA. “Dame más gasolina, cómo le encanta la gasolina, a mí me gusta la gasolina, dale más gasolina…”

Así suena casi en bucle uno de los grandes hits de Daddy Yankee, uno de los reyes del reggaetón. Una canción que marcó una época en su carrera y también en el género. Y os digo algo: todos la hemos bailado, roneado con alguien o rumbeado alguna vez por gusto u obligación. Pero esa no es la movida de hoy.

La historia es que ni Daddy Yankee en sus mejores tiempos necesitaba tanta gasolina como la que está reclamando a gritos Bordalás para su equipo. La Bordaleta, a pesar de haber dado buenas sensaciones en muchos aspectos, también da síntomas de necesitar fuel antes de que empiece agripar el motor, torcerse las piezas de recambio y deshincharse las ruedas.

La realidad es que el Valencia CF de Bordalás está todavía a medio camino entre el de Javi Gracia y el de Marcelino. Estos días, estas jornadas, son propicias para empezar a hacer balances, encuestas o preguntas al respecto y la realidad es que el resultado es muy parejo al de estos dos técnicos con sus similitudes y diferencias.

Pero lejos de entrar en comparaciones que no serían justas para ninguno de los técnicos, prefiero ir al tema, a la canción, al carburante que necesita este equipo ahora mismo.

Hay que echarle gasolina a La Bordaleta. Así de claro, como Daddy Yankee a su carro. Es una realidad porque, si bien es cierto que arrancó de manera descomunal consiguiendo la pole, ahora mismo está necesitado de fuel para proseguir el camino. El equipo sigue su “carrera de fondo” tal y como explica el técnico, pero no sabemos ahora mismo muy bien el destino. Quizás porque el mensaje del entrenador es el de partido a partido –parada a parada-, y de ahí no lo mueve nadie ahora mismo. Él mejor que nadie sabe lo que tiene y lo que no tiene, de ahí que poco se le pueda discutir a este respecto. Pero os voy a hacer un spoiler, en el vestuario el mensaje es el de obligación de pelear por Europa y mejorar las dos últimas malas temporadas.

La movida es que decirlo supone añadir en el maletero unos cuantos kilos de presión más a la que ya tiene de por sí estar en un club como el Valencia CF en estos momentos. De ahí que tome el guión de los Simeone en el Atlético en su momento o de Pellegrini en el Betis –por hablar del rival de hoy- en su primera temporada. Poco a poco y ver lo que pasa.

Piezas de recambio en la Bordaleta

Bordalás sucumbió a las exigencias del guión –y también del entorno- e introdujo rotaciones. Unas piezas de recambio que no funcionaron todo lo bien que creíamos. No vamos a negar que todos pedíamos que empezara a utilizar más de doce o trece futbolistas, algo que, no salió bien. Unos cambios que, dada la entidad del rival y jugando en casa, pensaba Bordalás que le daban para ganar el partido. Nada más lejos de la realidad. Racic no solo no estuvo fino, sino que cometió más de un “error imperdonable” tal y como lo calificó el técnico alicantino. Un centrocampista serbio que tuvo una oportunidad y no la aprovechó.

Tampoco un Diakhaby que se había ganado el respeto del entrenador en el Camp Nou a pesar de la derrota. Alderete dio más seguridad y empaque al equipo atrás; hizo mejor a Paulista a todos los niveles; y dotó al equipo de esa fuerza que necesitaba para empezar a creer en cambiar el signo del partido. Quizás sea cuestión más de espíritu o personalidad que de calidad futbolística, pero ahora mismo Alderete es insustituible.

Y para acabar está Maxi, de quien Bordalás afirmó que “tratarían que jugara en el área y materializara goles”. Ni una cosa, ni la otra. Empezó bien pero se diluyó junto con el equipo. También por una lesión muscular que provocó el cambio, o eso dijo Bordalás. Pero quien fuera indiscutible para el técnico alicantino, fue sustituido por un voluntarioso Marcos André que volvió a aportar desde el banquillo dando la acrobática asistencia a Gayà en el gol del empate.

Dicho esto –y polémicas aparte- me niego a pensar que el objetivo del Valencia CF sea instalarse en la mediocridad. Para mí, llegar a Europa es una obligación que el Valencia CF por historia y por trayectoria. Otra cosa es que haya equipos mejores, que lo consigas o no y cómo se desarrolle la temporada, pero tienes que llegar vivo al último tramo.

Porque si bien es cierto que Boraldalás conduce la Bordaleta y necesita más gasolina en forma de efectivos -cuanto antes posible-, de nosotros depende también que llegue a su destino. Porque nosotros somos el motor de esa Bordaleta en cada partido, en cada encuentro, cada día. Por mucho que los dueños del concesionario nos quieran hacer creer otra cosa en algún momento o algunos quieran poner palos en las ruedas desde algunos sectores, hay que empujar de vez en cuando si vemos que le cuesta arrancar.

Porque la gasolina, como todo el mundo sabe, no se debe malgastar porque es muy cara y se debe usar de manera adecuada. No queremos que se gasten recursos en cosas que no sean estrictamente necesarias y, por supuesto, en la parte que nos toca a la prensa no tratar de apagar los incendios con ella.

Y hasta aquí la canción de hoy. No quiero aburriros más porque seguramente ya tendréis el estribillo en la cabeza. Otro día os hablaré de las canciones de reggaetón que le gustan a Bordalás, o de otros éxitos de Daddy Yankee relacionados con el Valencia CF como “Despacito”, “Lo que pasó, pasó”, “Descontrol”, “Tu Príncipe”, “Llamado de Emergencia” y –ojalá- “la Despedida”.

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