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VALÈNCIA. Convertido a través de regates y descaro en uno de los jugadores del momento en LaLiga española, el sueño de Bryan Zaragoza (9 de septiembre 2001, Málaga) se hace realidad a la velocidad con la que se expresa en un terreno de juego. Convertido en el representante de un estilo de fútbol que se ha ido perdiendo. El de la calle. Del que presume con orgullo entre tanto poderío físico y táctica.
"Me siento un futbolista callejero", asegura con orgullo Bryan en una charla amena con EFE. A puertas de cumplir el gran deseo de cualquiera de los amigos con los que pasó largas tardes jugando al rey de la pista, defender la camiseta de la selección española. Impensable hace menos de dos años cuando militaba en Segunda RFEF. Un camino marcado por un momento, cuando era juvenil, descartado por estatura y falta de musculatura. Su 1,64 no le ha impedido triunfar como uno de los regateadores del momento. Más desborde para Luis de la Fuente ante Escocia y Noruega.
Pregunta: Se ha convertido en una de las revelaciones de LaLiga, con permiso de Jude Bellingham.
Respuesta: Se está hablando mucho de mí y de Bellingham. He trabajado mucho para esto y tengo que seguir mejorando y trabajando día a día para conseguir más.
P: ¿Cómo se siente en este nuevo escenario y dando el salto a la selección?
R: Es un sueño todo lo que estoy viviendo, la verdad, que no tiene precio. Invito a todo el mundo a trabajar duro porque esto no tiene precio.
P: ¿Cómo aconteció todo? Firmó un gran partido ante el Barcelona, comenzó a sonar su nombre en pleno encuentro por la lesión de Yeremy Pino y finalmente llegó la llamada de Luis de la Fuente...
R: Estaba atendiendo a los medios, me tocaron en el brazo y me dijeron que me estaba esperando el director deportivo. Me dice, 'ven un segundo que te tengo que decir una cosa'. Me metió en el despacho y ahí estaba toda mi familia llorando. Me pasaron el teléfono y era Nuria (delegada de la selección), para decirme que iba convocado. Fue un momento único y especial que recordaré toda mi vida.
P: ¿Qué representa este momento para un jugador y toda su familia que está detrás en cada momento?
R: Al final la gente que hay detrás no se ve, solo se ve lo que hago yo en el campo, pero mi familia, mi hermana, mi novia, todos me han dado un impulso muy fuerte para poder llegar aquí.
P: Por sus orígenes, el descaro, por el regate, se le está etiquetando como el representante del fútbol de la calle. ¿Se siente así?
R: Sí, me siento un futbolista un callejero. Toda mi vida he estado jugando en la calle. Me ha dado muchísima personalidad y confianza. La calle te da mucho, según como la lleves (puede complicar la vida). Te da mucho.
P: ¿Entrenaba con un equipo y después se iba con los amigos a jugar a la calle?
R: Por la mañana jugaba en el colegio siempre, después por la tarde entrenaba con un equipo en césped un día y otro fútbol sala, se iba alternando, y cuando salía de los entrenamientos me ponía a jugar hasta que acababa el día.
P: ¿Encontraba rival en la calle?
R: No te creas, en el barrio había gente muy buena, era una pista pequeñita y me faltaba espacio. Siempre he sido un poco el que marcaba las diferencias.
P: ¿Por qué se ha perdido en algunas ciudades? Los niños ya no juegan en las calles
R: Llevo tiempo escuchándolo y me he dado cuenta de que se está perdiendo un poco el fútbol de calle y eso que dice la gente que ven en mí, en un extremo. La vida va pasando etapas y se va perdiendo.
P: En sus etapas quemadas, ¿cuando se da cuenta de que puede llegar a vivir del fútbol?
R: Era juvenil de primer año (en CD Tiro Pichón), tenía un cuerpo muy bajo con poca fuerza, llego a división de honor juvenil de segundo año y me dicen que no puedo jugar porque no tengo el cuerpo ni la fuerza suficiente. Me afectó mucho, llevaba once años y sentí desprecio. No me lo dijeron como yo habría querido. Me di cuenta de que tenía que seguir trabajando, levantarme y bajé una categoría en otro club. Fue cuando me firmó el Granada y todo cambió.
P: Con lo que ha vivido en esos campos, no le va a asustar ahora lo que le dijese Araujo al oído ante el Barcelona.
R: Claro, he jugado en muchos campos de Segunda B, con gente muy veterana, en campos duros, donde te dicen lo que no quieres que te digan. Con Araujo fue todo bien (risas).
P: Con 22 años parece ya hasta mayor comparado con Lamine Yamal, Gavi o Ansu Fati. ¿Qué está ocurriendo en el fútbol español para la irrupción de tanto talento joven a la absoluta?
R: Al final es que los jóvenes hoy en día están cogiendo ese descaro, el atrevimiento, se pierde el respeto y provoca que se estén dando estos saltos.
P: De la Fuente llegó a comparar a Yamal con con Messi y Maradona. ¿Puede llegar a tanto?
R: Lamine es un gran jugador, le veo un potencial increíble con la edad que tiene, con 16 años. Según el techo que se ponga él, llegará.
P: ¿Cómo han sido sus primeros pasos en la selección?
R: Lo primero es agradecer el recibimiento de todos, desde el seguridad de la puerta al último cocinero. La llegada ha sido un sueño y me han tratado súper bien. Con el míster hablé y me dijo que fuera Bryan el del Granada, que mantuviera la personalidad que tengo que es lo que me ha hecho llegar aquí.
P: ¿Cuál es su primer recuerdo de la selección?
R: El partido contra Holanda de la final del Mundial. Lo vi con toda mi familia y después nos fuimos a una fuente a celebrarlo. Tengo grandes recuerdos de la selección.
P: Llega en dos partidos claves para el acceso a la Eurocopa 2024 ante Escocia y Noruega.
R: Son dos partidos bonitos que el equipo encara con muchas ganas, creo que competiremos bien y los sacaremos adelante. Uno sueña con debutar con la selección pero ya con estar aquí, es lo máximo. En Sevilla sería especial porque estará mi familia en La Cartuja pero no te extrañe que vayan también a Noruega.
P: Un consejo que tenga siempre presente
R: Hablo todos los días con él porque es mi agente (Manu Sánchez), pero realmente es como mi padre, llevo con él desde que empecé en el Granada y me ha dicho 'bicho, tú eres Bryan y eres Bryan, no quieras ser otro. Recuerda siempre que eres Bryan. Tienes que ser tú'. Lo tengo en mi mente.