'Catenaccio' o arrebato

VALÈNCIA. El catenaccio que significa cerrojo en italiano fue inventado por un austriaco llamado Karl Rappan que lo utilizó en el Servette suizo y en la selección Suiza allá por los años 30, pero fueron los italianos los que se hicieron famosos con esa forma defensiva de jugar basándolo todo en una gran acumulación de hombres en la parcela defensiva y dejando sólo un par de hombres rápidos en la delantera para buscar los contraataques. 

Esta forma de jugar se está generalizando en el fútbol español ante los 'Cruyffistas' o 'Guardiolistas', más propensos a la posesión del balón y a proponer, un juego más ofensivo. Ambos son válidos para intentar ganar, aunque el espectáculo siempre irá más de la mano del juego ofensivo. Pero un juego ofensivo en el que hayan ocasiones y situaciones ofensivas y goles. Esa 'balonmanización' del juego que tanto vemos en muchos partidos aburre a los aficionados y los va apartando de los estadios. En cambio el juego de intercambio de golpes que tan poco gusta a los entrenadores hace disfrutar a los aficionados.

El Valencia nos está acostumbrando, sobre todo en Mestalla, a poner a prueba el corazón de los aficionados valencianistas. La reacción a un resultado adverso en los minutos de descuento muestra el compromiso, la insistencia y la fe de sus jugadores. Es el reflejo del carácter que quiere imprimir su entrenador. Y de hecho lo consigue.

Bordalás sorprendió al final del partido contra el equipo colchonero con sus declaraciones. Todo parecería indicar que la euforia reinaría en la sala de prensa pero resultó todo lo contrario. Es verdad que resaltó el trabajo y la perseverancia de sus jugadores, pero tuvo la sinceridad de admitir que no van por el camino adecuado. 

Las líneas maestras que se había marcado el míster no acaban de salir lo suficientemente rectas y en realidad hay curvas en muchas de ellas. La sangría defensiva que se quería suturar no acaba de cerrarse convenientemente. Es más, el Valencia es de los peores equipos en lo que se refiere a goles encajados. Por contra es de los mejores equipos en el aspecto de goles anotados. Visto fríamente, el diagnóstico es claro. El Valencia tiene que mejorar su aspecto defensivo y no sólo es achacable al portero o a la defensa sino a la solidaridad defensiva de todo el equipo. 

Y ahí parece que viene el dilema para el míster. Poniendo por ejemplo el último partido el Valencia salió de inicio con un sistema similar al que utilizó ante el Villarreal pero con resultado distinto porque el At. de Madrid se adelantó en el marcador y el Valencia tuvo que cambiar su estrategia. La intentó cambiar y vino el empate pero dos errores propiciaron una clara ventaja madrileña. Tras ello, Bordalás reaccionó de nuevo y eligió el arrebato y el riesgo y finalmente el equipo rescató un punto. 

Lo curioso del caso es que cuando el equipo está muy arropado defensivamente, la faceta ofensiva se resiente pero también encaja goles y cuando se suelta las ataduras defensivas, mejora ofensivamente en ataque. El míster debe buscar el equilibrio entre ataque y defensa y seguro que estará trabajando en ello. Buscar el punto medio entre el 'catenaccio' y la locura ofensiva es el reto de este Valencia para mejorar sus prestaciones. Si a todo ello le añadimos algunos ingredientes que mejoren los platos de la carta seguro que los aficionados saldrán más contentos del recinto valencianista y más saciados de alegría.