VALÈNCIA. El esloveno Aleksander Ceferin, único candidato, ha sido reelegido presidente de la UEFA por un nuevo mandato de cuatro años, hasta 2027, durante el Congreso del organismo continental en Lisboa.
"Significa mucho para mí, es un gran honor y una gran responsabilidad", aseguró Ceferin nada más ser reelegido para llevar las riendas de la UEFA, cargo que ocupa desde el 14 de septiembre de 2016, y en el que encara su tercer periodo con la defensa del fútbol europeo, la unidad, la solidaridad y el mérito deportivo como bandera, después de un mandato condicionado por la pandemia, la Superliga y la guerra de Ucrania y con cambios en las competiciones desde 2024, como la Liga de Campeones, que aumentará sus equipos a 36, o la Liga de Naciones, que tendrá una nueva ronda eliminatoria.
Nacido en Grosuplje, Eslovenia, el 13 de octubre de 1967, Ceferin también ha sido presidente de la Asociación de Fútbol de Eslovenia (NZS). Se graduó en Derecho por la Universidad de Liubliana y trabajó en el bufete familiar, donde sucedió a su padre como director y continuó con la práctica de defender de forma gratuita a las víctimas sin recursos en casos de violación de derechos humanos.
Así, en 2006 representó a la familia gitana Strojan, que fue expulsada de su localidad de origen en Eslovenia, hecho que supuso entonces todo un escándalo político por la actitud de las autoridades.
Como abogado se especializó en asuntos penales y comerciales, y se encargó de temas relacionados con atletas profesionales y clubes deportivos.
En 2005 entró a formar parte de la directiva del KMN Svea Lesna Litija, destacado equipo de fútbol sala en su país, y del equipo de fútbol aficionado FC Ljubliana Lawyers, para entre 2006 y 2011 integrarse en el comité ejecutivo del NK Olimpija Ljubliana, equipo que remontó desde la Tercera División hasta la Primera en la temporada 2009-10.
En febrero de 2011 fue elegido presidente de la Asociación de Fútbol de Eslovenia, en el que consiguió la reelección en febrero de 2015, como candidato único.
Al frente de la federación de su país logró atraer más espectadores a los estadios, mejorar la cobertura de los medios y ubicar la organización en una sede nueva, moderna y bien equipada, en la localidad de Brdo pri Kranj, al norte de Liubliana.
Dentro de la UEFA ocupó la vicepresidencia segundo de su Comité Legal y era miembro del Comité de Disciplina de la FIFA.
El 14 de septiembre de 2016 fue elegido para suceder a Michel Platini al frente de la UEFA al imponerse a Michael van Praag, presidente de la Federación Holandesa, por 42 votos a 13; en el Congreso de la UEFA del 7 de febrero de 2019 en Roma, en el que era candidato único, consiguió la reelección por aclamación al frente del órgano que rige el fútbol continental. Además, en octubre de 2022, confirmó su intención de presentarse a la reelección.
En esta etapa, la UEFA aprobó en 2022 la nueva Liga de Campeones a partir de la temporada 2024-2025, Además, la FIFA y la UEFA decidieron en febrero de 2022 suspender a todas las selecciones nacionales y clubes rusos para participar en las competiciones de ambas, lo que supuso la exclusión de Rusia del Mundial de Qatar 2022.
Recientemente, sobre el 'caso Negreira' de posible corrupción, Ceferin manifestó que considera que la situación del FC Barcelona es "excepcionalmente grave".
Desde su llegada al cargo por la crisis que desencadenó el caso de corrupción de la FIFA en 2015, Ceferin ha aumentado en siete años su autoridad en Europa y en el fútbol internacional, con acciones y mensajes firmes contra el "egoísmo" que para él supone la Superliga o la "condena enérgica de la invasión militar de Rusia a Ucrania".
A esta se sumaron decisiones inmediatas. Trasladó de San Petersburgo a París la última final de la "Champions", a las 24 horas de la entrada de Rusia en Ucrania; tres días después rompió el contrato con Gazprom, la compañía energética rusa a la que UEFA estaba vinculada desde 2012, y clubes y selecciones de Rusia y Bielorrusia fueron excluidas de sus competiciones.
La misma firmeza mostró cuando la FIFA defendía un Mundial cada dos años, que Ceferin calificó "como un proyecto populista, que destruiría al fútbol", y especialmente con la Superliga, su principal caballo de batalla desde que irrumpió en escena antes de que la UEFA abriera su congreso anual el 20 de abril de 2021.
Afirmaciones como que "la Superliga es fruto de la avaricia, el egoísmo y el narcisismo de algunos", o que sus defensores "se creen que son grandes e intocables, pero si hoy son gigantes es gracias en parte a la UEFA que durante 60 años ha protegido el ideal de las competiciones, se basan en el mérito deportivo" han sido una constante.
El caso espera la decisión del Tribunal de Justicia de la UE, prevista para esta primavera, que será vinculante para el juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid y resuelva la denuncia que los impulsores de la Superliga presentaron contra UEFA y FIFA por abuso de posición dominante contra la normativa europea.
Antes de la brecha de la Superliga, que respaldan Real Madrid, Barcelona y Juventus, Ceferin tuvo que reaccionar frente a la pandemia, con decisiones difíciles como aplazar la Eurocopa de 2020 hasta 2021, liberar 236,5 millones€ para ayudar a las federaciones y 70 millones € a los clubes. Recientemente ha celebrado de que éstos han aumentado ingresos un 4,6% de media.
La solidaridad es uno de los principios a los que Ceferin apela en las decisiones del organismo, que, a través de su Fundación ha creado un fondo de ayuda a Ucrania y ha donado 200.000€ para las víctimas de los terremotos de Turquía y Siria.
En su dietario el fútbol femenino y el medio ambiente también tienen un hueco. Hace cuatro años la UEFA puso en marcha "Time for Action", su primera estrategia para que el primero alcance la cifra de 2,5 millones de practicantes en 2024 y en diciembre de 2021 aprobó su Estrategia de sostenibilidad del fútbol 2030, para respetar los derechos humanos y el medio ambiente en el contexto del fútbol europeo.