Las claves de una Atalanta que remonta ante la Roma y llega a gran nivel ante el Valencia

VALÈNCIA. Llegó el partido de los partidos a Bérgamo y la Atalanta no falló. Los de Gasperini -cuartos en Italia- recibían ayer al quinto clasificado de la Serie A, una Roma de Fonseca que de ganar empataba a puntos con los bergamascos y alimentaba la lucha por los lugares de Liga de Campeones. Pero La Dea no falló: ganó a su rival directo remontada incluida y golazos mediante, y ya le sacan seis puntos a la Europa League. 

Y es que los primeros en golpear fueron los capitalinos. Un error grosero en un control del central argentino José Luis Palomino permitió a Edin Dzeko recuperar la pelota casi en área contraria y, él solo contra el mundo, golpeó desde la media luna raso a la izquierda de la meta de Gollini. Ocurrió en el descuento de la primera parte y así llegó el descanso. 

Eso sí, la Atalanta también había tenido sus ocasiones. El Papu Gómez, la absoluta brújula de los suyos, falló un mano a mano frente a Pau López y, poco después, el goleador Ilicic -que en este partido no vio puerta- besó el palo de chilena.

En el segundo tiempo fue donde se impuso el ímpetu de los norteños. A los cinco minutos de reanudar, fue el propio Palomino quien aprovechó un cabezazo espectacular de Djimsiti que se marchaba ligeramente desviado. El central fue al suelo para empujar el balón dentro de la meta del exportero del Betis. 

En el 59' saltó Mario Pasalic al césped y en el 59' dio la victoria a los locales. Segundos llevaba en el Atleti Azzurri d'Italia. Recibió dentro del área, controló, levantó la cabeza y con un suave golpeo de interior con la derecha mandó el esférico a la misma escuadra. Nada pudo hacer Pau, aunque sí algo más sus zagueros. Se mostró apática la Roma sobre todo en los primeros compases de la segunda parte.

Poderío a balón parado, creatividad ofensiva y erorres defensivos a tumba abierta

La Atalanta dio ayer algunas muestras, repetidas en sus duelos, de lo que le espera al Valencia en San Siro el miércoles. La primera de ellas se vio en el tanto del empate: es un equipo con poderío a balón parado, sobre todo cuando se trata de acciones ofensivas. Es el que más goles en jugadas ABP marca de la Serie A (10) junto con la Roma, precisamente.

Eso sí, esa faceta no es, ni mucho menos, su principal arma. El juego combinativo en tres cuartos, la acumulación de futbolistas talentosos en zona de peligro y las distintas alternativas que ofrecen el tipo de jugadores que tienen, hacen de La Dea la escuadra más goleadora de Italia: llevan 63 goles en Liga este curso, por delante del líder -el Inter de Milán- con 48 y la todopoderosa Juventus, con 44. 

Además, cuando vuelca el juego en las bandas también se convierte en un equipo peligroso. Papu Gómez al timón, y Gosens y Hateboer en los carriles hacen profundo el ataque bergamasco. Además, tienen arietes que no se lo piensan dos veces a la hora de buscar portería: Ilicic acostumbra a firmar tantos de bella factura y Duvan Zapata -salido hace casi dos meses de una importante lesión- es un portento en el juego directo. 

Ahora bien, ¿dónde sufre la Atalanta? Aunque una de sus virtudes es la presión tras pérdida (de Roon y Freuler ahogaron ayer en cierta manera la medular romana), los italianos sufren a tumba abierta, en las transiciones veloces que puede dar la conexión Parejo-Rodrigo, o en balones largos a la espalda de la defensa. 

De hecho, de los clubes ahora mismo en posiciones europeas del Calcio, la Atalanta es el más goleado (32), también compartiendo cifra con la Roma. En este sentido, cabe recordar que el Valencia hoy acumula 34 dianas en contra, una menos que en toda la campaña pasada, por lo que su rival en octavos de Champions raya en los mismos niveles de goles encajados.