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¿Cómo va a haber dirección deportiva si no hay presidente?

27/01/2022 - 

VALÈNCIA. Hablando esta mañana con unos y otros sobre el nulo movimiento del Levante UD en el mercado y el silencio decretado por el club desde la derrota en Cádiz, le dábamos vueltas a la extraña sensación de que no haya ningún movimiento en cuanto a la dirección deportiva, que debería de haber llegado en el momento en el que se cesó a Javier Pereira.

El cúmulo de despropósitos del último año en Orriols, arrancó con la vuelta de Manolo Salvador y la posterior renovación prematura de un equipo de trabajo que no había conseguido cumplir con los objetivos marcados por el club en cuanto a salidas y llegadas. Sí, salieron jugadores, pero bajo rescisión, y eso no es trabajar. Pagar para finalizar un contrato de forma anticipada en el mundo del fútbol podría hacerlo tranquilamente un mono con platillos.

Paco López no estaba contento con ese trabajo, y eso tensó la cuerda con una dirección deportiva que desde el primer momento en que la cosa se torció quiso “limpiar” a Paco. Al final, acabaron convenciendo a Quico Catalán de que era lo correcto. Es más, incluso le convencieron de que era buena idea esperar 10 días a que llegase su sustituto, procedente de China y sin ninguna experiencia como primer entrenador. ¿Qué podía salir mal?

Os aseguro que hace dos o tres años Quico no hubiese consentido semejante despropósito. Me niego a creer en ello. El mejor presidente de la historia del club no puede vivir ajeno a esta realidad. ¿Autocrítica? Poca, muy poca. Disculpas, sí (y el dar la cara habla bien de Quico, otros prefieren esconderse), pero cero soluciones; el marrón, para Alessio, que bastante hace con tragarse el sapo y buscar soluciones a la desesperada no sólo como entrenador, también como director deportivo de urgencia.

Para que se hagan una idea, esto es como si yo monto una frutería, pero no tengo quién me traiga el género a la tienda, o abro una panadería pero no tengo panadero. Al final el proyecto deportivo del club lo marca la dirección deportiva. De mutuo acuerdo con la directiva, eso es cierto, pero quien trabaja en ese aspecto es alguien como Monchi, Mateu Alemany, Braulio Vázquez y otros tantos profesionales. En el Levante han pensado que Quico Catalán, con Alessio y Mora, es más que suficiente para salvar la categoría, y evidentemente se han vuelto a equivocar.

El problema de esto, y lo que de verdad nos preocupa a quienes sentimos y sufrimos el Levante desde hace tantos años, es que aquello que nosotros vemos desde fuera, desde dentro sean incapaces de hacerlo. Llevamos un año largo alzando la voz y pidiendo soluciones, pero no han llegado.

Y esto también lo ven los jugadores. Los que están y los que podrían venir. ¿Usted renovaría su contrato en una empresa en la que cada año que pasa las cosas van peor, que no tiene su identidad definida y que le ofrece condiciones iguales o a la baja? Yo no lo haría, y menos sabiendo que fuera de la que considero mi casa, estoy más valorado que en la mía propia.

No hay proyecto, no hay rumbo, de hecho por no haber no hay ni presidente para el próximo curso porque a final de temporada Quico Catalán se hará un examen a sí mismo, y tal y como van las cosas no me extrañaría que se autosuspendiese. Y claro, sin presidente ¿cómo va a haber dirección deportiva? No hay tiempo para más errores, es momento de planificar la temporada en Segunda División, y hay que hacerlo ya. Si con lo que hay (llegadas tal y como está el club no tienen sentido), te da para obrar el milagro, perfecto, pero la realidad hay que asumirla cuanto antes para saber reaccionar a tiempo.

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