El Valencia tiene espíritu

VALÈNCIA. El Valencia tiene espíritu. Una característica fundamental cuando las cosas se tuercen. El equipo de Bordalás estaba acusando la dureza del máximo nivel. Un golpe de realidad ante el Real Madrid, una lección por falta de concentración en el Sánchez Pizjuán y una vacuna de Marcelino en su campo talismán. Sin embargo, la actitud del Valencia ha cambiado y es a lo que se tiene que agarrar el valencianismo.

La plantilla está justita, eso es así. Sin embargo, tener implicados a jugadores importantes y creer en la idea de un técnico puedo romper muchas barreras. Algo así se vivió hace no mucho tiempo con el entrenador rival. El encuentro fue una partida de ajedrez. Estilos parecidos y puesta en escena con el objetivo de desequilibrar el marcador y sentirse cómodo. Sin embargo, el primer tiempo fue caprichosos y se vio un intercambio de golpes en la primera media hora. Tras la pausa para la hidratación, el Athletic creció pero no pudo mover el marcador. 

Tras la reanudación, el Valencia reaccionó y entró bien al partido. Un 'zarpazo' de Wass casi hace gritar a Mestalla. No fue así gracias a Unai Simón. El guardameta del Athletic se estiró todo al máximo y rozó lo suficiente para desviar el gol con la ayuda del poste. 

Pasada la hora de partido, el Athletic se adelantó a balón parado. Íñigo Martínez batió a Cillessen con un gran cabezazo. Era el 0-1. Quedaban veinte minutos para sacar algo positivo. Bordalás movió el banquillo y dio entrada a Marcos André y Jesús Vázquez por Hugo Duro y Toni Lato. Marcos André tuvo el empate en el primer balón que tocó. Intentó batir por arriba a Unai Simón, pero no ajustó lo suficiente. El Valencia tenía que arriesgar y exponerse a un contragolpe del Athletic. La fórmula salió bien pese a Maxi Gómez. En el 81, se incrementaron los problemas. El uruguayo vio la segunda amarilla al cortar un contragolpe y dejó al Valencia con uno menos. Terrible la decisión del uruguayo, que tenía varios compañeros por detrás en una zona sin riesgo. 

Parecía todo vendido, pero el final fue de infarto. Guillamón continúa creciendo sin límites como mediocentro. El canterano trazó un gran pase para Guedes, que lo está danto todo sobre el césped. El luso llegó como pudo y devolvió el balón al corazón del área. Ahí apareció Marcos André para hacer el 1-1 y provocar el éxtasis en Mestalla. Aún así, todavía quedaba tiempo. Williams peinó un centro y saboreaba el gol. Cillessen quiso reivindicarse y dar argumentos para su titularidad con un paradón que al menos consiguió un punto para el Valencia.