VALÈNCIA. Broncos y coperos. El Valencia recuperó su esencia gracias a la labor de una afición que acabó siendo clave para desequilibrar la eliminatoria y volver a pelear por un título tres años después. Un golazo de Gonçalo Guedes, la fortaleza defensiva y el apoyo incondicional de Mestalla fueron los encargados de tumbar al Athletic Club y clasificar al Valencia para la final de Copa del Rey donde ya espera a Betis o Rayo Vallecano.
Se trazó una de esas noches mágicas e inolvidables en Mestalla y el valencianismo puso la base sobre la que cimentar algo bonito que recordar. Miles de valencianistas tenían en mente el partido de la temporada desde hace varios días y el recibimiento que brindó al equipo fue apoteósico. Se acaban los calificativos para una afición a la que nada se le puede reprochar. Todo lo contrario, cada cita demuestra su grandeza.
Además del tremendo recibimiento, el partido se jugó desde el calentamiento. Apoyo inconmensurable a la plantilla valencianista en cada de ejercicio y un momento especial con un cántico del 'Himno Regional que pusieron los pelos de punta a todos los asistentes. A la puesta de escena sobresaliente le acompañó un tifo con carteles en los que se podía leer 'Bronco' junto a la silueta de la Copa del Rey: 'Bronco y Copero'. El valencianismo llevó en volandas al Valencia y ahora era el turno de los futbolistas sobre el césped.
El Valencia salió al 'verde' un tanto nervioso fruto de la excitación. Necesitaba conseguir un poco más de calma para imponer su juego y ganar las segundas jugadas. Vesga fue el primero en inaugurar las ocasiones con un disparo alto. No obstante, la primera realmente peligrosa llevó el sello de Bryan Gil. Gran jugada individual y sacó un remate que pasó cerca del poste.
Valencia y Athletic fueron asentándose y el partido iba cogiendo un color similar al de la ida. Muchas disputas y poco juego interior. Williams encontró el espacio en una de ellas y provocó una falta peligrosa con amarilla para Paulista incluida. El lanzamiento de Muniain acabó arriba de la portería valencianista. Las malas noticias llegaron pasada la media hora. Las ganas de Gayà por estar en la vuelta de las semifinales duró 32 minutos. El de Pedreguer se resintió de sus problemas musculares y tuvo que dejar su sitio a Lato ante la ovación de Mestalla.
Mientras tanto, el Athletic iba cogiendo el dominio del juego con el paso del primer tiempo. En otro contragolpe, Iñaki Williams ganó la espalda esta vez a Diakhaby y cuando saboreaba el gol, Mamardashvili se lanzó como un 'gato' para desbaratar la ocasión con un paradón que mantenía el 0-0. Del susto a la explosión de Mestalla. Acto seguido, Guedes cazó un rechace en la frontal y soltó un 'latigazo' imposible para Aguirrezabala y poner el 1-0. El Valencia estaba más cerca de la final de Sevilla. Antes del descanso, Guedes y Bryan Gil combinaron y su centro lo remató Carlos Soler y Aguirrezabala evitó el segundo de la noche. Quedaban 45 minutos para rematar la faena.Tras la reanudación, Mestalla tenía asumido que tenía que empujar para minimizar el sufrimiento al que le iba a someter el Athletic. Había mucho en juego. Los de Bordalás se defendían con uñas y dientes para mantener la ventaja y esperar alguna acción aislada que significase la estocada a la eliminatoria. Una de ellas pudo ser una gran internada de Foulquier. Carlos Soler intentó una chilena que desvió Petxarroman. Quedaba más de media hora para conseguir el objetivo. Mestalla seguía empujando para dar gasolina a los de Bordalás. Un esfuerzo impagable.
El partido llegó al último cuarto de hora y era el turno para sacar los desfibriladores. Íñigo Martínez amenazó con un libre directo que atajó Mamardashvili. Guillamón entró por un 'tocado' Gabriel Paulista y tocaba rematar el último ejercicio de 'supervivencia'. Carlos Soler pudo hacer el segundo en el 95, pero no definió y tocó sufrir hasta el último minuto.
Gil Manzano pitó el final y al fin se gritó lo que todo el valencianismo estaba soñando toda la eliminatoria. El Valencia se metió en la final de Copa del Rey y Mestalla se convirtió en una auténtica fiesta. Público y plantilla celebraron de forma desatada una nueva final, una forma de sentir de que el Valencia sigue vivo pese a todo lo que lo rodea. El Valencia peleará por el título en Sevilla el próximo 23 de abril. Licencia para soñar con un trofeo y Europa.
