VALÈNCIA. El Valencia CF venció en su debut liguero ante el Girona en el estadio de Mestalla, que volvió a vivir fútbol en una temporada ilusionante con el técnico italiano.
Un Gattuso que, contrariamente a lo que era de jugador, destila fútbol desde el banquillo, con un Valencia de toque, de pases, de querer el balón, de encarar sin miedo y de ser protagonistas en los noventa minutos.
Con un trivote en el centro del campo, con dos extremos muy eléctricos, con la línea de los cuatro defensores muy alta y ahogando a un Girona que hasta la expulsión de Cömert no supo como meterle mano al dibujo y al planteamiento del italiano.
Tras la expulsión, en el minuto 52, el Valencia se convirtió al Gattuso jugador. No valía ya otra cosa que no fuera salvaguardar el resultado y que los tres puntos se quedaran en Mestalla.
El técnico cambió su dibujo, metió a Foulquier y a Mosquera y reforzó la defensa hasta dejarla con cinco hombres y refrescó la izquierda dando entrada a Lato por Jesús Vázquez.
También reforzó el centro del campo, la entrada de Nico, que se juntó con Guillamón y con Yunus, hizo que el Girona no pudiera encontrarse cómodo en ningún momento.
Se tapó la línea entre Rodrigo Riquelme y la delantera y, con los cinco defensas a la altura de la línea del área, no supieron los de Michel crear peligro a la portería de un inédito Mamardashvili.
En los últimos minutos, con el técnico jugando su partido desde la banda, el equipo se entregó a que pasaran los minutos, a que no se jugara y a que no hubiera un mínimo resquicio de esperanza para los catalanes de empatar el partido.
Se cambió el registro y salió bien. El Gattuso entrenador dominó el partido en la primera parte y el Gattuso jugador remató la faena en la segunda mitad.