¿Convence Calleja?

VALÈNCIA. Hablemos claro: seis partidos (tres victorias y tres empates) ya nos permiten una cierta perspectiva para concluir que Calleja no ha sido capaz, hasta la fecha, de hacer jugar al Llevant como todos esperábamos. Vale, de acuerdo: a ver quién le tose després de la racha de ocho partidos sin perder (sumando las dos victorias con Miñambres) y de venir del triste inicio liguero que nos regaló la planificación del propio director deportivo leonés. La mejora respecto a Natfi es tan indudable como que el Ferrari de la categoría no se ha mostrado apenas superior a ningún rival: las victorias han sido por la mínima, muy sufridas (Eivissa, Albacete, Sporting y, antes, Mirandés y Leganés) y el único duelo directo con un aspirante firme, Las Palmas, sembró de dudas la grada de Orriols.

El Mundial de Qatar nos muestra cómo el rigor táctico puede destrozar el más valioso despliegue de talento. Veremos dónde llegan selecciones como Estados Unidos (escribo esta columna unas horas antes de su partido de octavos), Japón o Marruecos pero el mérito que atesoran es innegable: han sustituido la ausencia de futbolistas referentes de gran calidad por intensidad y disciplina. Y eso también es fútbol, por supuesto. Es el sello de Luis García Plaza, sin ir más lejos, que dirige ni más ni menos que al líder de Segunda, pese a la derrota en Los Cármenes, donde ya se nota la mano de Paco López. Ambos entrenadores, con estilos y conceptos opuestos, están entre los mejores de la historia del Llevant. Cada uno a su manera nos llevó a lo más alto.

¿Y Calleja? El actual míster es más de ordenar piezas que de urdir un fútbol brillante. Fundamentalmente es lo que ha hecho desde que ha llegado: poner a cada uno en su sitio. Y gracias. Sin embargo, por el motivo que sea, no ha sido capaz de explotar el potencial ofensivo del equipo, de cada uno de los futbolistas diferenciales que tiene el Llevant en nómina, como parte de la plantilla más valiosa (más cara, entiéndase) de la categoría. Veremos cómo le va porque este Llevant no está construido para el rigor y la disciplina, pese a la aportación de dos especialistas como Iborra y Pepelu. Quizá, siguiendo con la comparativa mundialista, lo que está haciendo es jugar como Japón con la plantilla de Francia. Tengo mis dudas de que eso pueda salir bien. O, como mínimo, de que no sea una apuesta arriesgada.

Que nadie piense que este Málaga en horas bajas que nos visita será la víctima propiciatoria para que la escuadra blaugrana estrene el buen fútbol, más allá de seguir sumando. En un planteamiento táctico como el que está abanderando Calleja la humildad es esencial. Lo es en general para el fútbol y para la vida, aunque a menudo se nos olvide y pueda llevarnos al fracaso. Esta virtud sí que se la veo y se la reconozco a Calleja. Y confío en que será capaz de transmitirla al grupo. Porque si vamos a jugar a esto, si vamos a jugar a ser Japón con la plantilla de Francia, espero que al menos tengamos una humildad extrema, para respetar al máximo a cualquier rival.