VALÈNCIA. El Levante mantiene su reinado en Albacete. Los de Javi Calleja conquistaron el Carlos Belmonte una vez más gracias, primero, a un Fabricio abusón, y después a un Pablo Martínez que sigue sumando sensaciones de platino hacia su 100%. El brasileño fue la gran sorpresa granota con un partido de una supremacía letal hasta que su isquio dijo basta y hubo de salir sustituido. Antes, el primer tanto del encuentro y un auténtico baile sobre Datkovic sellaron el retrato de uno de los mejores partidos de la temporada para el conjunto de Orriols. Sobre todo, también, por una sobriedad defensiva que apenas dejó alguna fisura que el Albacete, inoperante, no supo aprovechar. Con esas, Pablo Martínez mató en otra contra y cerró el partido a veinte minutos del final.
Calleja, esta vez, cambió incluso la estructura. Una defensa de tres con carrileros largos fue el esqueleto que propuso su equipo en tierras manchegas y los "balones a Fabricio" se convirtieron en la consigna principal. El de Cachoeira do Sul iba a ser absoluto protagonista, para lo bueno y para lo malo. Tuvo la primera clara tras escasos cinco minutos, cuando Álex Muñoz le buscó en un balón vertical directo que acabó con el delantero rompiendo por primera vez a Datkovic y encontrando la manopla izquierda de Altube. El portero de los blancos fue bien abajo para negarle el tanto al '12' granota, aunque bien pudo cazar el rechace un Dani Gómez que no olió sangre tras el rebote. Sí lo hizo el propio Fabricio a los veinte minutos: fue de nuevo en un balón largo, esta vez de Sergio Lozano, y tras una pérdida de Escriche con todo el Alba en campo contrario. Lozano vio cómo el brasileño echaba a volar desde la divisoria y ahí, con motores encendidos y alas desplegadas, Fabricio encaró y batió al meta madrileño por la rendija que dejó libre al palo corto.
En su primera titularidad, el joven carioca estaba de dulce. Su superioridad sobre los centrales del Albacete, especialmente sobre el croata, le permitió meterle velocidad al plan. No paró de pedirla y aprovechó la idea de Albés de emparejar constantemente a sus dos zagueros con los puntas levantinistas. A la media hora, Fabri pudo incluso firmar el doblete después de que un lúcido -una vez más- Álex Muñoz le encontrara en el balcón del área. En esta ocasión el ariete erró un disparo prácticamente franco que mandó a besar la cepa del palo zurdo de Altube. Fueron tres latigazos que, pese a no ser protagonista con el esférico, hacían del Levante merecedor del triunfo al fin del primer acto. Eso sí, también hubo que apretar los dientes antes del intermedio: un fallo de Muñoz en un despeje puso a trabajar a Andrés Fernández, que negó un intento de vaselina de Higinio sobre la frontera del área.
No fue ese el único acercamiento del cuadro manchego. Los locales intentaron pisar lo máximo posible campo contrario y pretendieron sorprender desde los costados. No obstante, el tejido defensivo del Levante encontró un óptimo rendimiento en sus tres piezas y, para paliar las intentonas rivales, seguía existiendo Fabricio. Otro balón largo puso de manifiesto por enésima vez su supremacía sobre Datkovic... hasta que se rompió la varita. Y también el isquio del carioca. Conforme corría para encarar a Altube -que en cualquier caso sacó un pie milagroso para evitar el segundo granota- sintió un pinchazo que le obligó a pedir el cambio ipso facto. Sin embargo, sin el ex del Castellón, no iba a terminarse la magia del Levante a la contra.
Se fue Fabricio y entró Bouldini. Y el africano no puso pegas a aquello de ponerse el mono de trabajo. Pisó hierba y se puso a defender. Y de un robo de cartera del de Casablanca, surgió otro contraataque que volvió a conducir Lozano con maestría y que, a falta de Fabri, iba a ejecutar el recién ingresado Pablo Martínez. El '10' dio con su primera diana desde que regresó de su grave lesión. Un gol casi ocho meses después de un futbolista que ya toma el testigo del que se marchó con aquel cruzado. Pablo controló, levantó la cabeza, puso a bailar a un Datkovic que soñó en blaugrana -y que Albés tuvo que retirar- y para adentro. 0-2 y una sensación de control no demasiado habitual en el estadio de uno de los mejores locales de la categoría.
Tanto fue así que el Levante mostró una solvencia defensiva probablemente inédita esta campaña. El Alba lo reintentó por el costado, pero dentro la zaga granota había construido su fuerte. Un despise sí dejó un espacio de oro a Manu Fuster, pero el valenciano se topó con Andrés Fernández, tremendamente seguro. Y es que los manchegos acabaron la noche como la empezaron: con la pelota, pero sin peligro. El Levante anuló al cuadro de Albés de manera notable gracias a su buen hacer en retaguardia y no hubo más historia. Los de Calleja supieron manejar los tiempos del choque con el marcador sobradamente a favor y mantuvieron su reinado en el Carlos Belmonte, que ya dura más de 14 años. Los tres puntos pasan la patata al resto de rivales del playoff: el Levante, de momento, a solo uno del liderato a falta del resto de resultados de la jornada.
Ficha técnica:
Albacete BP: Altube, Isaac (Álvaro Rodríguez, m. 61), Datkovic (Pacheco, m. 61), Glauder, Jonathan Silva (Julio Alonso, m. 79), Riki, Olaetxea, Juanma, Manu Fuster, Esriche (Quiles, m. 61), Higinio (Shashoua, m. 79)
Levante UD: Andrés Fernández, Capa, Postigo, Vezo, Álex Muñoz, Valle (Dela, m. 65), Oriol Rey, Lozano (Iván Romero, m. 81), Brugui (Pablo Martínez, m. 46), Fabricio (Bouldini, m. 53), Dani Gómez (Kocho, m. 65)
Goles: Fabricio (0-1, m. 20); Pablo Martínez (0-2, m. 55)
Tarjetas: Dani Gómez (m. 45) por el Levante