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Cuidar la salud mental (psicológica) en deportistas top y no tan top

13/09/2023 - 

VALÈNCIA. Acaba de salir en medios de comunicación que el futbolista valenciano Víctor Camarasa, actualmente en la plantilla del Real Oviedo, será baja indefinida para cuidar su salud mental. También en febrero de este año Ferran Torres, otro jugador de fútbol valenciano, actualmente del Barça, manifestó que se puso en manos de un psicólogo yendo a una o dos sesiones por semana para “volver a ser él” (justo este martes retornó a la Selección Española anotando dos goles contra Chipre). Un poco antes fue Ricky Rubio, jugador referencia llamado a guiar a la Selección Española de Baloncesto para volver a hacer un gran papel en el pasado Mundial, quien manifestó haber decidido parar su actividad para cuidar su salud mental. Y no jugó el Mundial (y España no pudo disputar ni los cuartos de final y tendrá que jugarse estar en los próximos Juegos en el próximo Preolímpico). 

Antes hubo otros deportistas famosos de talla mundial que ya pusieron a la salud psicológica o mental en el punto de mira: por ejemplo Simon Biles, esa gimnasta que se retiró en los últimos Juegos Olímpicos y que parecía que lo iba a ganar todo; la tenista Naomi Osaka también quiso cuidar su salud mental por lo que dejó de hacer parte de su trabajo (dar ruedas de prensa) en Roland Garrós; o el propio Andrés Iniesta aun marcando el “gol de todos” en el Mundial de Fútbol de Suráfrica en 2010 dijo haber sufrido depresión. Y más, lamentablemente bastantes más ejemplos que seguramente a muchos de nosotros se nos vendrán fácilmente a la cabeza.

Los deportistas (de élite) son personas que hacen algo muy bien, que es competir en su deporte a un enorme nivel y por ello adquieren reconocimiento, reciben elogios, se sienten realizados, tienen prestigio, adquieren sumas económicas… sobre todo si consiguen el éxito deportivo. Y, a los ojos del gran público, parece que son verdaderos superhérores que pueden con todo, casi indestructibles. Pero, cada vez más, vemos que son personas con sus intereses, formas de ser, de funcionar propias e individualizadas y que, en muchas ocasiones, se tienen que enfrentar a situaciones con una alta exigencia que quizás nadie les ha enseñado a manejar con eficiencia o que no tienen la ayuda y el apoyo adecuado para ello.

Cada vez es más importante manejar adecuadamente aquellos aspectos de cada deportista relacionados con su salud psicológica o mental: lo ha sido siempre, aunque quizás ahora es mucho más visible y las exposiciones y exigencias a los que se someten los deportistas son cada vez mayores. Por ejemplo, entender que la exigencia es necesaria, pero el exceso de la misma o no saber manejarla puede ser un factor desencadenante de bajo rendimiento o de problemas de índole psicológico; que las expectativas están bien si son adecuadas, pero si no…; que los mensajes que se transmiten los deportistas a sí mismos y los que se “lanzan” desde el entorno son claves en su funcionamiento, para bien o para mal; que saber manejar las diferentes situaciones forman parte del trabajo del deportista y no sentirse con recursos para ello es una fuente de estrés; o que las situaciones personales, si no se manejan bien, pueden desestabilizar al deportista tanto en su faceta personal y deportiva. Todo eso y más, que hace que las personas disfrutemos (o no) de bienestar psicológico y funcionemos bien (o no) en cada faceta de nuestra vida.

Es obvio que el deportista tiene que rendir para alcanzar su máximo nivel y, por tanto, desde su propio equipo de trabajo se debe velar por manejar adecuadamente variables psicológicas relacionadas con el rendimiento deportivo como son la autoconfianza, motivación, gestión del estrés, concentración, activación… y por ello es ya habitual que psicólogos del deporte formen parte de equipos de trabajo plenamente integrados en ellos o bien que deportistas lo trabajen a nivel individual. Pero no solo eso: también es cada vez más necesario que se vele por la salud mental de cada deportista, para que tenga un adecuado bienestar psicológico que, además, le beneficiará en su rendimiento deportivo.

Para ello, sobre todo la prevención y detección es fundamental. Es decir, generar esos entornos facilitadores, libres de estresores (o con herramientas para poder manejarlos) y en caso de que aparezcan se detecten con suficiente antelación para minimizar sus efectos negativos. Es ahí donde las personas cercanas (importante elegirlas bien) tienen un peso relevante tanto en el adecuado apoyo social, como en detectar y, sobre todo, para actuar bien cuando sea necesario (bien directamente o facilitando acceso al profesional adecuado).

Afortunadamente, cada vez hay más profesionales de la Psicología que saben manejarse bien en entornos deportivos, que saben manejar variables psicológicas en el deporte, y que, además también saben detectar y trabajar temas relacionados con Psicología de la Salud. 

Por lo que se ve cada es más necesario y se le da más importancia a la salud mental en el deporte: no sólo en la élite, sino también en cualquier nivel. Como personas que somos, es un aspecto fundamental que hay que cuidar.

David Peris Delcampo es Psicólogo del Deporte y de la Salud. Presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte


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