De 'Los hijos de la Tierra' a la nueva normalidad

VALÈNCIA. Todo el mundo pensaba que esto iba a ser algo corto… Al principio. Por eso no me preocupé demasiado en un primer instante. No terminaba de ver la gravedad del problema. Pasaron las semanas, fui cerciorándome del alcance y ahí me empecé a agobiar. Quería correr, quería volver a la normalidad.

Entrenar en casa para un deportista de élite no es lo mismo. Con la desescalada todo se relajó un poco. Da la casualidad de que coincido con mi exguía, de cuando hacía atletismo, y yo por lo menos he tenido esa facilidad que necesita un ciego para poder salir a correr al aire libre.

Aun así, todavía ahora que se relaja algo la tensión, creo que la clave es marcarse rutinas. Todo por evitar quedarte sin hacer nada. Me levanto por la mañana, desayuno y suelo ponerme a leer. Cuando veo que baja el desayuno, hago deberes, trabajos de clase o preparo apuntes para los exámenes. Con eso ocupo mis mañanas.

Por las tardes me gusta tener un tiempo libre antes de ponerme a entrenar. Al final de las sesiones, vuelvo un poco a lo mismo. Veo alguna serie, hago videollamadas con amigos antes de hacer la cena… Es eso precisamente lo que más echo en falta, mantener el contacto con la gente.

Pero sin duda lo que más me ha distraído esta cuarentena es leer. Una saga que me ha gustado mucho es la de ‘Los hijos de la Tierra’. Me enganché y a partir de ahí todo era leer. Empleaba en eso mi tiempo libre. Son seis entregas y ya solo me quedan dos.

En fin, tengo incertidumbre acerca del futuro, tanto económico como social. No sé qué va a pasar, si va a haber un rebote, si no… Estoy contento porque han permitido más libertad de movimiento en Valencia, pero me mantengo alerta. Teníamos los Juegos Olímpicos en agosto y todo esto… fastidia. Estás con toda la ilusión por ir a Tokio, pero también es cierto que nosotros estamos tranquilos, tenemos el puesto asegurado para 2021. Así que, por lo menos en mi caso, de momento reina la tranquilidad.