VALÈNCIA. El fútbol es un deporte con magia. Tan pronto, un día, se te cae tu equipo del alma al suelo de la tristeza como una escuadra que tuvo talento, pero que a fecha de hoy vive con ese talento desaparecido, y otra vez, de pronto, tras un sorteo más que estimable de Copa del Rey, se vuelven a cargar las pilas y la magia florece en su regreso al terreno de la alegría y de la ilusión.
Eso le pasó ayer al Valencia y ese toque tan inesperado tuvo en las manos del insigne David Villa la voluntad ejecutora de otorgarle a su Valencia, equipo con el que David indicó que iba ahora en la fase final de la Copa, el enfrentarse en su propio campo y ante un Cádiz que está viviendo una temporada con toques auténticamente traumáticos.
Y lo curioso del caso, pensando en una simple reflexión con el presente y el futuro del Valencia, es que sobresale el nombre de Gonçalo Guedes como el arma más eficaz en la actualidad del Valencia para alcanzar la semifinal de Copa y para vivir una tarde más del fútbol añejo al que estábamos acostumbrados a vivir hace tan solo unas pocas temporadas. El estado de forma de Guedes esta temporada es la gran magia del actual Valencia para solventar todos los partidos que hasta la fecha ha tenido por delante el equipo de Bordalás. Y, además, debemos sumar en este aspecto, las palabras de David Villa en el sorteo de Copa de ayer cuando dijo que su favorito hoy en día, y viendo los equipos en el sorteo, no era otro que su añorado Valencia.
Y lo que toca en estos momentos es ponerse la camiseta de Villa y pensar que el jugador del actual Valencia puede ser el David actual en el equipo blanquinegre. Y poniendo todo con el cartel de supuesto, es decir dando por sentado que el Valencia de Villa poco o nada tiene que ver con el Valencia actual de Guedes, yo sí que estimo oportuno colocarle a Guedes el cartel del actual Villa y en pensar en que el acierto del portugués ante el Cádiz es el que a la postre puede conseguir que el Valencia da un paso de gigante hacia las semifinales.
Y regresando al presente, yo ahora debo ser justo con el actual Guedes y acentuar lo poco o nada que tiene que ver este jugador con el que estaba medio languideciendo en el Valencia en pasadas temporadas. Puede ser por una razón o por otra, pero lo cierto es que a fecha de hoy Guedes si que es ese jugador determinante que todos esperábamos anteriormente y que daba la impresión de que había perdido la ilusión por el fútbol de forma descarada. Y ese cambio en la forma de actuar de Guedes y en la implicación de Guedes, no solo resulta beneficiosa para el propio jugador. En este caso, con un Guedes en forma y sacando a relucir todo su talento, el que gana de verdad es el Valencia y el que suspira con unos cuartos de Copa radiantes y con final feliz es el propio Valencia tras el sorteo de ayer.
Y en estos tiempos que corren, unos tiempos donde el máximo accionista del Valencia está haciendo todo lo posible por hacer negocio él mismo, mientras el equipo no para de naufragar, jugar contra el Cádiz los cuartos de final es un regalo innecesario y a la vez muy interesante. El valencianismo vuelve a ilusionarse y esa palabra, la ilusión, siempre que estemos hablando de fútbol, es del todo fundamental para entender y vivir este deporte.