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Historias del diseño valenciano (VIII)

Diseño en Hi-Fi

La relación entre música y diseño no siempre ha sido tan productiva como en la actualidad. En el pasado, artistas y diseñadores como Manolo Boix, Toni Miró, Paco Bascuñán o Kike Correcher marcaron la pauta a seguir

| 17/02/2021 | 10 min, 20 seg

VALÈNCIA. Para encontrar en la Comunitat Valenciana una relación estrecha, directa y bidireccional entre música y diseño (así como arte contemporáneo o fotografía) debemos retroceder a la década de los sesenta, con el auge de la Nova Cançó a través de nombres como Raimon u Ovidi Montllor. El periodista Carles Gámez es una voz sobradamente autorizada ya que fue comisario de la exposición Cançoníssima, dies de vinil i cançons (Centre Cultural Octubre, 2008), que reunía cientos de aquellas portadas de disco: «destacaría nombres como el de los fotógrafos Oriol Maspons o Isabel Steva, Colita, ya que por su objetivo desfilaron Els 4Z, Els Dracs, Els 4 Gats, Lluís Llach, Guillermina Motta, Serrat o Raimon, entre muchos otros». Alfaro (Entre la nota i el so, 1984), Miró (Cançons de la roda del temps, 1966) o Tàpies (Per destruir aquell qui l’ha desert, 1970) fueron algunos de los principales artistas que colaboraron con Raimon, sin olvidar a Equipo Crónica, autores de varios sencillos.  

Para Carlos Gámez el referente en materia de imbricación entre diseño y música es Cataluña, cuna del sello Edigsa, aunque el propio periodista destaca por su entidad los trabajos realizados por Daniel Gil para Hispavox (1959-1966). Gil es también ampliamente recordado como autor de portadas para la colección Libro de Bolsillo de Alianza Editorial (1966-1989).

Un amplio artículo de MªÀngels Fortea para la revista monografica.org nos pone sobre la pista de la discográfica Edigsa, nacida en el año 1962 con el propósito de difundir música en catalán y, en consecuencia, principal altavoz de la cada vez más popular Nova Cançó. Edigsa no solo es innovadora desde una vertiente musical sino también estética, ya que contrata a Jordi Fornas como diseñador de sus vinilos. En 1965 surge la discográfica Concèntric como escisión de la propia Edigsa. Uno de los artistas de la escudería, Pau Riba (estudió Diseño en Escola Massana), será también autor de portadas de discos como Dioptria o Taxista

Ya en la siguiente década (1977) la relación entre diseño y música se estrecharía todavía más con la fundación del sello Pu-put!, que cuenta con el diseñador Enric Satué para la imagen gráfica. Satué crea la identidad de la discográfica (la abubilla Puput con barretina) y es autor de portadas como el primer trabajo del Grup de Dances Alimara. 

Tal y como sucedía con la muestra comisariada por Carles Gámez, prácticamente la totalidad de portadas editadas bajo los sellos Edigsa, Concèntric y Pu-Put! fueron incluidas en la exposición Artistes sobre vinil (Biblioteca de Catalunya, 2018) que acogió además propuestas de diseñadores como América Sánchez, Pepa Estrada o el colectivo Taula de Disseny.

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Boix y Al Tall, música y estética

Si hay un grupo musical que ha crecido en paralelo a la construcción de una identidad estética es Al Tall, para quien el artista Manolo Boix realizó la friolera de once portadas. Manolo Miralles, miembro fundador de Al Tall junto con Vicent Torrent, recuerda cómo la casualidad provocó el encuentro con Boix: «Mi compañero Vicent nos pidió que habláramos con Manolo Boix, que era vecino de los padres de su pareja en l’Alcúdia». Boix había hecho un esbozo para un disco de Enric Ortega que nunca vio la luz. Con algunos cambios esa imagen se convirtió en la portada del primer vinilo de Al Tall. 

La relación profesional dio paso a una amistad personal fraguada en una visión similar del arte, la política y la sociedad valenciana. «Boix aportaba la mirada externa de un hombre que apreciaba tanto nuestro trabajo como al propio País Valencià. Entre Manolo Boix y Al Tall existía una sintonía personal, artística y política». 

Por su parte, Boix rememora: «Me gustaban los Rolling y los Beatles pero tras conocer a Al Tall vi que existía una afinidad en torno a la música popular, el País Valencià y el nacionalismo». En un tiempo en que las tiendas de discos acumulaban vinilos en las estanterías, Boix entendió que el grupo necesitaba una portada «que cuando alguien la cogiera en las manos, no la soltara». 

Tras la publicación de Europ Eu! (1994), la relación entre Al Tall y Boix cesó. El siguiente trabajo de Al Tall, La nit (1999), recayó en el diseñador Eugenio Simó, lo que supuso una ruptura total con la imagen previa. «En ningún momento me planteé continuar la línea de Manolo Boix. Supuso un encargo emocionante, ya que no es habitual recibir la llamada de uno de tus grupos de referencia». Simó diseñó las portadas de Vares velles (2004), Cants de l’Aplec del Ports (2012) yVergonya, cavallers, vergonya (2009), en la que recordó el legado de Boix a través de la imagen y la tipografía.

Bascuñán, de Seguridad Social a Girasoules

Segunda mitad de los ochenta. Seguridad Social sacude la escena valenciana desde el punk-rock. Por entonces, el productor Miguel Jiménez Luján ya colabora con la formación liderada por José Miguel Casañ. Jiménez, figura inquieta del panorama musical valenciano, estaba igualmente al frente de la tienda de discos Zig-zag, Fundamento de Canciones y la distribuidora Plataforma, cuyas identidades creó el propio Bascuñán. «Publicamos trabajos de Carmina Burana y Karmas Kolectivos. Con este último grupo empezamos a contar con Paco Bascuñán, que andaba por La Nave», recuerda Miguel Jiménez. Como curiosidad apuntamos que en el videoclip Acción de Seguridad Social, Casañ canta ante un muro pintado por diferentes miembros del colectivo de diseñadores. Un muro que lamentablemente fue dinamitado para la grabación. «Creo que todavía quedan escombros en aquella rotonda de San Antonio de Benagéber», ríe Casañ, quien señala a Tono Errando, director también de su videoclip Que te voy a dar como el nexo que unió a Bascuñán y Seguridad Social. Bascuñán comenzaría su colaboración con el grupo valenciano en Vino, tabaco y caramelos, álbum publicado en 1988.  «Para la portada del disco, Paco nos hizo llegar una propuesta que no nos convenció porque queríamos algo mucho más punk». Aquel diseño fue empleado finalmente para el maxi-single Que te voy a dar y Bascuñán usó papel de lija para la portada definitiva de aquel álbum. «Las canciones arañaban, al igual que la portada de Paco», añade Jiménez. 

Tanto Jiménez como Casañ insisten en la libertad creativa de la que gozaba Bascuñán. Según Casañ, «Paco escuchaba las canciones y a partir de ese punto comenzaba su trabajo. Y su trabajo era extraordinario, así que el 99% de sus propuestas encajaban de forma perfecta». El propio nombre del grupo supuso en ocasiones un quebradero de cabeza para el diseñador, que se las veía y se las deseaba para componer las portadas, como atestigua Jiménez: «En Introglicerina lo tuvo difícil para adaptar el nombre al formato, pero hizo un trabajo magnífico mediante unas fuentes propias». Posiblemente, Furia latina (1993) sea el diseño de Bascuñán más reconocible entre los realizados para el combo valenciano. «A partir de esa portada se desarrollaron diferentes diseños para los sencillos. Creo que uno de los logros de Paco eran los diseños para los singles y los maxi-singles», afirma Miguel Jiménez. Tras el fallecimiento de Bascuñán, Casañ se tatuó en la muñeca la silueta del toro protagonista de la mítica portada. 

La relación de Bascuñán con la música compaginó con otras producciones de Jiménez como Mordiendo el duende para Mártires del compás o encargos para otros grupos valencianos como La Sede, Jah Macetas o Girasoules. Para esta última formación, Bascuñán hizo las portadas y tipografía de Mundo feliz (1998) y Cuenta conmigo (2001). Esta última algo premonitoria, ya que reflejaba unas Torres Gemelas invertidas, el mismo año en que se produjeron los fatídicos ataques de Nueva York.

Kike Correcher, de la armónica al Letraset

Aunque con bastantes años de diferencia encontramos un cierto paralelismo entre la relación Al Tall-Boix y la establecida entre el diseñador Kike Correcher (Filmac) y el grupo valenciano Doctor Divago. Una entente cordiale que arranca a principios de los ochenta, en una formación primigenia llamada Coordenada 0-0, en la que ya figuraba Manolo Bertrán (futuro cantante de Doctor Divago) al frente y Correcher en un doble papel: músico e incipiente diseñador, todavía amateur. Aquel primer contacto continuaría durante la década de los ochenta con diversos programas en Radio Klara y el fanzine Kolectivo Lascivo, realizado con procedimientos algo rudimentarios, tal y como recuerda Correcher: «Teníamos en el punto de mira fanzines como Futuro Método o Estricnina, que nos parecían muy profesionales. Las herramientas que empleaba eran básicamente Letraset, fotocopias, pegamento y máquinas de escribir. Usábamos diferentes máquinas para conseguir columnas de texto parecidas a las de aquellas revistas».

Correcher continuaría en los 80 a caballo entre el diseño y la música a través de Concepto Gris (1984-1985), también con Manolo Bertrán, y Noviembre rojo (1986), formación promovida por Guillermo Escribano tras la disolución de Interterror. Durante estos años el trabajo de Correcher estaría influenciado por el de Peter Saville, autor de portadas para Joy Division o New Order. Finalmente, en 1989, surge Doctor Divago y Correcher es nuevamente responsable de construir la gráfica del nuevo grupo, desde el cartel que empapelaría el interior de la sala Gasolinera en la noche del debut en directo. Tras grabar y masterizar un nuevo directo celebrado en la desaparecida sala Babia, Correcher realizaría el diseño de aquella primera maqueta: «Por primera vez tuve la oportunidad de usar un Macintosh. Como hacía La Nave, un colectivo al que admiraba, decidí deformar las tipografías, empleando la impresora de la delegación de alumnos de la UPV. Todavía el proceso era un verdadero do it yourself».

El primer trabajo profesional de Doctor Divago llegó en 1992, a través de la discográfica sevillana Trilita. Para la portada de Regalos vivos Correcher contó con la colaboración de músico Andrés Blasco (Carmina Burana), mientras que las fotos de contraportada corrieron a cargo de Mario Fusco, socio de Correcher en Filmac. El interés de Correcher se había desplazado de Saville a Vaughan Oliver, autor de portadas míticas para Pixies, Scott Walker o Cocteau Twins. La relación entre Kike Correcher y Doctor Divago se prolongaría a lo largo de la década de los noventa, en trabajos posteriores como el disco Danzas de moda (1994). 

Desde hace varios años la relación del diseño con la escena musical valenciana es continua y sugerente. Muestra de ello es la exposición Este diseño me suena (La Rambleta, 2012), bajo el comisariado de Josep Gil o Ídolos del pop (Muvim, 2013). En tiempos recientes diferentes discos han llevado el sello de profesionales como Sebastián Alós, Enric Alepuz, Virginia Lorente, Paula Bonet, Baptiste Pons, Paco Roca, Begoña Pons, Carla Fuentes o Alba López

Para finalizar, y volviendo a la figura de Ovidi Montllor, es necesario destacar que desde hace varias ediciones los Premis Ovidi cuentan con unos galardones específicos de diseño, coordinados por César Amiguet. 

* Este artículo se publicó originalmente en el número 76 (febrero 2021) de la revista Plaza

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