VALÈNCIA. Las posibilidades de remontada del Levante en Segunda División pasan por el Ciutat de València. Los dos próximos encuentros ante Real Zaragoza y Amorebieta, ambos como local, pueden decidir gran parte de las aspiraciones granotas para dar caza a las plazas de promoción de ascenso, hoy a cuatro puntos de distancia. Esa lejanía aumenta si se tiene en cuenta el tren de equipos que circulan por delante del equipo de Felipe Miñambres, con el mismo objetivo del playoff: Sporting, Burgos, Racing de Ferrol y Real Oviedo persiguen la misma meta. Todos, de momento, fuera de tales posiciones. Lo que ocurra las dos próximas semanas será crucial. Hacer útil el empate de Pucela estará en juego en un territorio que, aunque no es inexpugnable, esta temporada tampoco dista demasiado de los números de otros cursos que acabaron con el club entre los tres primeros de la tabla.
Y es que durante la pasada temporada, la del drama del no ascenso ante el Alavés, el puntaje que el Levante obtuvo como local en el mismo punto de campaña que hoy es muy parecido: de los 32 puntos en 16 citas en Orriols de la 22/23 a los 30 que actualmente suma el cuadro blaugrana, en la 23/24. La gran diferencia es que, con ese bagaje, el Levante era el quinto mejor local de la categoría hace exactamente un año; hoy, es el 11º. Es decir, no cambia su posición respecto a la clasificación global. Cierto es que alguno de los equipos que están por delante a este efecto ya han disputado 17 partidos en su feudo -y no 16, como es el caso del Levante, por calendario-, pero la realidad es que el pobre botín granota lejos del Turia y el cúmulo de empates cosechados frena demasiado su avance. El Levante es, con diferencia, el que más empata de Segunda (15) y ya supera las preocupantes estadísticas del curso pasado (14 a estas alturas de una temporada que concluiría con 18).
No obstante, si se pone el foco en las cuatro campañas de Segunda que acabaron con ascenso en el Ciutat (2017, 2010, 2006 y 2004), hay reparto de sensaciones. Claro está que el último regreso del Levante a la élite se cuenta por récords y por un paseo de poderío total en la categoría. En 2017, el conjunto de Muñiz había sacado 44 puntos en casa en los mismos 16 encuentros a jornada 33 transcurridos este curso. La diferencia, muy clara: de 14 puntos. Aquella escuadra ganó 14 partidos en su estadio, empató 2... y no había perdido absolutamente ninguno como local recién llegado el mes de abril. La otra odiosa comparación data de 2004, cuando el equipo de Manolo Preciado, que se proclamó campeón, tenía 37 puntos tras 16 tardes en el Ciutat.
La diferencia no es tan grande respecto a los otros dos años de ascenso levantinista en el siglo XXI. En 2010, la temporada de la gran hazaña de Luis García Plaza, el Levante había recogido 33 puntos de sus 16 partidos como local hasta estas mismas fechas de abril. Es, tan solo, una victoria más en el casillero. Entonces el elenco blaugrana se ubicaba quinto, a dos puntos del ascenso, en una Liga sin playoff y en la que escalaban a Primera los tres primeros clasificados. El equipo de Luis García fue precisamente tercero. Y menor incluso es la diferencia con la actualidad del Levante que ascendió en 2006 bajo la tutela de Mané. En la misma muestra de duelos, el equipo sumaba 31 puntos. Al final, también triunfó en el tercer escalón.
2016/2017: 44
2009/2010: 33
2005/2006: 31
2003/2004: 37