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El despido de Nafti deja señalados en Orriols

11/10/2022 - 

VALÈNCIA. El abrupto final del entrenador Mehdi Nafti en el Levante, despedido tras solo nueve partidos, supone un fiasco para el director deportivo del equipo, Felipe Miñambres, que apostó por el franco-tunecino el pasado verano, y deja también en una situación muy delicada al presidente Quico Catalán, a quien la hinchada ya pidió el pasado domingo que se marche del club.

Apostó fuerte y a contracorriente Miñambres el pasado mes de junio cuando entre todos los entrenadores libres en el mercado eligió a Nafti, que apenas tenía experiencia en Segunda, con solo 51 partidos entre sus efímeras etapas en el Lugo y el Leganés, y con una discreta trayectoria por Segunda B sin ascenso alguno en su historial.

“El que quise fue el que elegí”, respondió tajante Miñambres en la presentación de Nafti, que se impuso en el casting de Felipe a otros entrenadores con mucha más trayectoria, como Vicente Moreno, Luis García o Álvaro Cervera, con experiencia en Segunda y con ascensos a Primera división en el bolsillo.

Solo unos meses después, a Felipe no le ha quedado más remedio que asumir su fracaso y despedir al franco-tunecino, que sólo ha ganado dos partidos en el campeonato y que, sobre todo, ha sido incapaz de sacar partido a la plantilla más cotizada de la categoría y una de las más caras.

Señalado por su elección, Miñambres se sentará este jueves en el banquillo visitante de Anduva, donde el Levante visita al CD Mirandés, doce años después de su última experiencia como entrenador. Fue en el Rayo Vallecano, también en Segunda y también como director deportivo tras el despido en aquel caso de Pepe Mel.

Sin embargo, el Levante comunicó este pasado lunes que Miñambres ejercerá esta función de manera provisional y hasta que el propio director deportivo encuentre el nuevo entrenador en la que será su última oportunidad para enderezar un proyecto que va a la deriva desde su llegada al Levante en febrero de 2022.

El frustrado experimento de Nafti no sólo coloca a Felipe en el ojo del huracán. Quico Catalán vive sus horas más bajas como presidente, ya que al descenso del curso pasado se une la complicada situación económica del club, que en el último ejercicio presentó 23,2 millones de euros de pérdidas y que, en principio, volverá a tener déficit en las cuentas del curso 21-22.

El presidente tuvo que escuchar el pasado domingo, durante el duelo ante el Racing (0-1) que precipitó el despido de Nafti, los gritos de su propia afición pidiendo su salida del Levante. Catalán acaba su mandato en diciembre de 2023 y aunque en sus últimas comparecencias no quiso descartar prorrogar su continuidad en el club más tiempo, la difícil situación económica y deportiva del Levante complican mucho su futuro.

Catalán apostó por Felipe a principios de este año para corregir la errática política deportiva del Levante en los últimos tiempos y unos meses después el equipo ha sido incapaz de corregir el rumbo. El presidente, sin embargo, cuenta hasta ahora con el apoyo de la Fundación del Levante, que domina el paquete mayoritario de acciones de la entidad con algo más del sesenta por ciento de los títulos

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