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MIRANDO AL MAR

El día que vejaron a Lissavetzky

Aunque ha pasado más de una década desde que se celebró la Copa América, el evento que puso a València en el mapa de la vela sigue escondiendo anécdotas que, en su día, pasaron desapercibidas

| 20/03/2020 | 2 min, 20 seg

VALÈNCIA.-La Copa América de vela 2007 fue una competición sin precedentes. Jamás habíamos asistido a un evento tan bien planificado y de tanta calidad. Fue organizada por ACM, empresa privada que dirigía el suizo Michael Bonnefous y la ganaron los suizos del Alinghi capitaneados por Ernesto Bertarelli. Todo quedó en casa, como estaba previsto antes de comenzar. Los hombres de Bonnefous desembarcaron en València con demasiada prepotencia, embistiendo a Francisco Camps y a la malograda Rita Barberá y se hicieron dueños de todo el perímetro que abarcaba el puerto y la recién estrenada Marina Juan Carlos I. Tanto fue así que prohibieron todo tipo de publicidad en un radio de cien metros. Tanto la Malvarrosa como El Saler, en su lámina de agua, también eran competencia de ellos, hasta el punto de que su propia vigilancia daba órdenes a la mismísima Guardia Civil, que cumplía con ellas.

Fueron muchas las autoridades que pasaron por València a presenciar las regatas. Desde el Rey, la Reina y el Príncipe de Asturias hasta el último mono de aquel gobierno que presidía Rodríguez Zapatero. Era un acontecimiento de suma importancia y, cómo no, el por entonces secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, no iba a ser menos y allí que fue a ver qué era eso de la Copa América.

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Una tarde en la que competía el Team New Zealand contra el Desafío Español, la empresa de trabajo temporal Adecco alquiló un antiguo velero Copa América de 1992 a la propia ACM para ver de cerca la regata. Se trataba del Moro de Venezia, finalista de aquella competición en aguas de San Diego del que fue armador Raúl Gardini y patrón Paul Cayard. El propósito de ese alquiler era sacar a pasear a Jaime Lissavetzky y a José María Echevarría, presidente del Comité Olímpico Español. Para ello hacía falta una anfitriona de categoría, por lo que Enrique de la Rubia  (presidente de Adecco Europa) y Francisco Mesonero (presidente de la Fundación Adecco) eligieron a la doble campeona olímpica Theresa Zabell para que explicara lo que aconteciera en las regatas a los invitados.

* Lea el artículo completo en el número de marzo de la revista Plaza

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