VALÈNCIA. Eso es así. El entrenador no podrá esquivar la guerra que se ha desatado entre Meriton y la afición valencianista. Hay varios candidatos... pero aún no se sabe quién entrenará al Valencia CF la próxima temporada. Se barajan opciones, pero todos sabemos que Peter Lim es una bomba de relojería que puede salir por cualquier lado en todo momento. El Meriton de Valencia -no de Singapur- está contemplando opciones como Bordalás, Diego Martínez o Pacheta. En el entorno de Peter Lim, han aparecido opciones como Tiago Mendes el pasado verano o Robert Moreno hace unas semanas. Más allá de quien venga y pese a todas las ilusiones con las que desembarque, se va a encontrar con un ambiente hostil por diferentes condicionantes. Si no llega un entrenador elegido a dedo por Peter Lim, tampoco escapará de la encrucijada.
Pongamos un ejemplo, me llamo José Bordalás y soy el nuevo técnico del Valencia. Me considero un entrenador con carácter y con ganas de entrenar en Mestalla desde hace varias temporadas. Si intento tapar algunas de las incongruencias de la propiedad con el objetivo de que acaben siendo ciertas ante una afición desencantada, seré un 'vendido' más, un fiel servidor al régimen de Meriton que ignora la opinión del valencianismo por ser entrenador del Valencia CF. Tendré una guerra y necesitaré que la pelota entre.
Vamos a poner un nuevo ejemplo, mi nombre es Diego Martínez y me convierto en el entrenador del Valencia CF. Mi carrera está en línea ascendente con el Granada y reacciono ante los movimientos de la propiedad. No los entiendo y me enfado. La afición se vuelca conmigo y los jugadores también. Pero a diferencia de José Bordalás, soy yo -Diego Martínez- el que tiene que vivir una situación incómoda en el día a día del club. Una cúpula que recela ya que he traicionado el 'espíritu' de esta empresa. Aparecen las filtraciones de un entrenador injusto con los dueños. Tendré una guerra y necesitaré que la pelota entre.
¿Yo lo pensé, lo reconozco. Pero tampoco funcionará. Nos vamos al bando contrario. Cierro filas con Meriton. Soy un guerrero, un valiente que llega a un 'infierno' sin saberlo -o no- y soy Tiago Mendes. Soy un técnico joven con ganas de crecer y a lo mejor tengo una proyección buena o caigo en saco roto como Celades. Todo puede ser. Me miro al espejo y pienso: no me hace falta entablar con Anil o Corona ya que interactuando con Mendes el 'OK' de Lim llega más fácil. Para la estructura que hay, pues ya me encargo yo.
¿Cuál es mi problema? Pues Tiago, que estás señalado. Que el valencianismo no te va a pasar una porque te has alineado con un dueño en el que ya nadie cree. Tiago estaría como un novato en una gran empresa, analizando por donde le vienen los golpes. Bueno, nada que no le pase a un empleado de Meriton. Tendrá una guerra y necesitará que la pelota entre.