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El equipo aspirina

17/10/2021 - 

VALÈNCIA. El equipo de la aspirina es como denominan los aficionados alemanes al Bayer Leverkusen, debido a que el club se identifica con la empresa farmacéutica Bayer de la Renania del Norte. Fueron los trabajadores de dicha compañía los que fundaron el club a principios del siglo pasado y su producto más popular, la aspirina, los situó en la vanguardia mundial. Aunque muchas veces se confunde al Bayern con el Bayer, ambos conjuntos nada tienen que ver. El primero, el de Múnich, juega sus partidos en la Baviera alemana. Es un viejo conocido del Valencia… Ahí lo dejo. A más de 500 kilómetros de distancia, en Leverkusen, juega el segundo. El de la aspirina. Y pese a que ambos clubes solo se diferencian en una “n”, ni son eternos rivales ni tampoco se pelean por eso.

Mientras que en Alemania se habla del equipo de la aspirina como seña de identidad del Bayer Leverkusen, en aquella España en la que solo había dos canales de televisión, los cronistas de la época denominaban el equipo aspirina a aquel conjunto ilustre que tenía por costumbre perder ante los más débiles de la clasificación. También se usaba para denominar a aquellos equipos que, estando en racha, solían perder contra los que atravesaban una crisis galopante. Aunque era como una especie de mantra que se extendía por toda la geografía española, muchas veces llegué a escucharlo en la grada de Mestalla (“aún nos ganarán éstos….”) o cuando se hablaba del Valencia en la primera. Aunque bien es cierto que se hablaba poco. Tan solo el año en el que el Valencia bajó a Segunda, el programa Estudio Estadio dio los resúmenes y los goles de la categoría de plata. Fue todo un detalle.

Al igual que del equipo aspirina, en aquella época también se hablaba del equipo matagigantes para elogiar las virtudes de ese conjunto humilde o recién ascendido que hacía de su estadio un fortín en el que palmaban los grandes. Equipos denominados matagigantes fueron el Granada de Joseíto, el Rayo Vallecano de la temporada 77-78 o, no hace mucho, ese Mirandés que sorprendió a propios y extraños llegando a las semifinales de la Copa del Rey. Otro de los apodos que se utilizaban, y sigue estando vigente, es el de equipo ascensor. Con este mote se señalaba a los conjuntos que disfrutaban de las alegrías del ascenso, para sufrir las penurias del descenso en la siguiente temporada. Me vienen a la cabeza los nombres del Betis, Málaga o Murcia, por ejemplo, como equipos ascensor.

¿Por qué cuento todo esto? Muy sencillo. Porque estamos en vísperas de un Barça-Valencia abierto como ninguno. El equipo de Ronald Koeman atraviesa, quizás, su momento más delicado de los últimos tiempos y su futuro no es halagüeño. Sin embargo, para los de Bordalás, ésta es una magnífica oportunidad de ahondar en la crisis azulgrana y lograr un valioso botín de su visita al Camp Nou. Para eso se ha trabajado en Paterna a conciencia tanto en lo táctico como en lo psicológico. Pero cuidado. Espero que el Valencia no sea el equipo aspirina que cure los males del Barça. Porque, para el rival, el Valencia todavía tiene el título de grande de España y ganarle supondría un plus de recuperación anímica que no quiero ni pensar. Por eso, prefiero que los culés sean los que se sigan tomando la pastillita

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