Hoy es 10 de octubre
VALÈNCIA. Marcelo Saracchi es, a todas luces, un fichaje de futuro para el Levante. El lateral uruguayo llega al Ciutat como el primer hombre de la 'era Felipe Miñambres' y firma por dos temporadas y media, con opción a tres más. El nuevo director deportivo granota ya impone su sello, peina el mercado sudamericano y trata de adelantarse a los acontecimientos del próximo año, ya sea en Primera o en Segunda División. El caso es que al Ciutat llega un jugador que, aunque se consagraba como una de las perlas charrúas -debutó en 2018, con 20 años, con la selección absoluta-, está tocado físicamente. Se rompió el ligamento cruzado de su rodilla derecha este pasado julio y por ese motivo no recaló en La Liga con anterioridad. El Espanyol lo tuvo en agenda este verano, incluso atado según fuentes cercanas a la operación, pero todo se truncó a raíz de la lesión.
Ocurrió en el segundo partido de pretemporada del Leipzig y en medio de un período estival clave para él de cara a hacerse con un puesto en el cuadro de Domenico Tedesco, entonces de Jesse Marsch, tras cumplir buena temporada y media cedido en el Galatasaray. El club alemán estaba por la labor de volver a darle salida a préstamo, Angeliño siempre fue el dueño y señor de su demarcación en los Toros Rojos, pero la grave lesión del lateral obligó a frenar cualquier operación. El parte le hacía parar de seis a ocho meses y ya, lógicamente, no pudo cerrar otra salida de la Bundesliga en verano.
Tras toda la primera vuelta del campeonato en el dique seco, Saracchi llegó a diciembre con contrato hasta el próximo 30 de junio, y a un día de ser libre de firmar por cualquier club de cara al curso viniente, el Leipzig le rescindió el contrato de mutuo acuerdo. El lateral pasó todo el mercado invernal sin equipo y no cuajó su aterrizaje en otro lugar. Desde finales de julio con su maltrecha rodilla a cuestas, lleva ya siete meses en la enfermería y fuentes levantinistas apuntan a que el uruguayo está próximo a regresar a los terrenos de juego. Resta por ver en qué condiciones tras medio año absolutamente parado.
Lo cierto es que cuando Saracchi firmó por el Leipzig procedente de River Plate por una cantidad cercana a los diez millones de euros fue, además de un negocio redondo tanto para el club argentino como para Danubio -de donde salió, club que aún poseía el 10% de sus derechos económicos-, la llegada de una perla a punto de explotar. Tenía 20 años cuando se mudó al este de Alemania y llegaba tras ganar con River la Copa Libertadores soñada a las órdenes de Marcelo Gallardo ante el eterno rival. Sus temporadas en Buenos Aires fueron notables y de ahí el cerco que le echó el conjunto germano.
Jugó 13 encuentros al llegar antes de completar 44 en el Galatasaray, donde sí convenció. Sin embargo en el Leipzig nunca acabó de despegar, pero cuando el cuadro de la Bundesliga lo cerró se trataba de un fichaje al que, hoy, el Levante no podría aspirar. Para hacerlo, ha tenido que pasar un rodillo por su pierna derecha. Los problemas físicos llegaron ya en Alemania y el tema del cruzado es la gota que colmó el vaso. En Argentina, eso sí, se especuló con su regreso a River una vez se supo de su rescisión.