VALÈNCIA. La llave del mercado de invierno del Levante la tienen las salidas y los intereses se mueven en los primeros días de ventana de transferencias. Radoja, que termina contrato este próximo mes de junio, es uno de los jugadores susceptibles de dejar el equipo de Alessio Lisci durante este mes de enero y el Granada se ha interesado en él, según ha informado esta semana la prensa andaluza y ha podido confirmar este periódico.
Eso sí, que el serbio esté en la agenda del cuadro nazarí no significa que su salida sea inminente, ni mucho menos. El Ideal de Granada publicó este martes que su incorporación queda de momento frenada porque su salario no entra en los grilletes de Pep Boada, director deportivo del club, pero es cierto que Robert Moreno ha dado el ok a su posible fichaje. Y es que el técnico conoce al futbolista porque lo tuvo en el Celta, cuando fue segundo de Unzué, y le gusta la opción para su medular. Es una de las posiciones que los andaluces buscan reforzar, además de un hombre de ataque.
Mientras tanto, en Orriols hay que aligerar plantilla obligatoriamente. Primero, para tener fichas disponibles de primer equipo; y después para tener margen económico de maniobra para poder firmar las piezas que necesita Alessio. El Levante no va a firmar por firmar y eso es algo que tanto el entrenador como el presidente han repetido en varias ocasiones durante la última semana, pero en cualquier caso el primer paso siempre será el de sacar jugadores. Y Radoja, precisamente, no es el jugador que más minutos rasca en los planes de Lisci, aunque tampoco forma parte de las piezas que no cuentan. Esas que, según Quico Catalán, se tienen en cuenta en el club pero cuyas situaciones contractuales son complicadas de solucionar si no hay clubes que oferten.
La clave del serbio es que, con su contrato a punto de expirar y siendo ya libre de negociar con cualquier club de cara al curso próximo, es una opción a priori apetecible para algunos equipos de La Liga. Por eso, la fórmula deseada en el Granada es, lógicamente, una en la que Radoja salga bien con carta de libertad -con lo que el Levante directamente se ahorraría el pellizco de su ficha-, bien con unas condiciones muy económicas y asumibles. Lo que de momento no parece serlo son los emolumentos del jugador, que es lo que lo mantiene en stand by en los despachos de Los Cármenes.
Cabe recordar que el entorno del '5' granota ya peinó posibilidades de salida del Ciutat a finales de 2020, cuando apenas participaba con Paco López al volante. Sin embargo, la llegada de 2021 cayó como agua de mayo para el serbio, que comenzó a enlazar titularidades y buenas actuaciones en el arranque de la última gran racha de resultados del Levante. Radoja fue importante cuando Vukcevic encadenó bajas y el rendimiento de Malsa descendió considerablemente -aquejado también de la cabeza del peroné, pero presente en las listas-. Hasta su lesión en el bíceps femoral del muslo derecho en febrero, Radoja había firmado dos meses muy buenos que le volvieron a hacer acumular minutos y le hicieron olvidar su deseo de marcha.
Hoy, su situación se asemeja a aquella de inicios de la temporada pasada. Fue titular en Villarreal y ante Osasuna, en el primer partido liguero de Alessio al frente del equipo, pero no es la alternativa preferencial de un entrenador que ha usado incluso a Malsa como único pivote y que ha demostrado que Pepelu es su hombre en la posición más retrasada de la sala de máquinas. Radoja no deja de ser un jugador que cuenta en el fondo del armario, pero su baja, dada la gratuidad con la que el club le perderá este verano si no hay oferta de renovación, es una de las que se manejan.