VALÈNCIA. El Hércules, situado en zona de descenso a Tercera División, está obligado en el próximo mes de enero a superar su particular "síndrome de enero", mes marcado históricamente por diversos problemas en su rendimiento y malos resultados, para apurar sus opciones de permanencia y no hundirse de forma definitiva.
En las últimas seis temporadas en Segunda B, el Hércules ha retomado la competición tras el parón navideño con muchos problemas e incluso el pasado año, el mejor en esta nueva etapa en Segunda B, sufrió dos derrotas consecutivas en las primeras fechas de enero que le enviaron a la sexta posición, la más baja de todo el curso.
En este inicio de 2020, el Hércules apenas tiene margen de error, ya que se encuentra en la peor dinámica deportiva de su historia, aunque dispondrá de dos partidos consecutivos como local en el Rico Pérez ante rivales directos, como Ejea y El Prat, para confirmar la mejoría experimentada en Tarragona (0-2) y dar un estirón en que podría llevarle a la zona de permanencia, de la que le separan cuatro puntos.
Villarreal B, a domicilio, y el Atlético Levante, en Alicante, serán los rivales en los dos últimos partidos de un mes en los que el equipo está obligado a mejorar su rendimiento para huir del descenso.