El Levante construye su futuro por el centro del campo

VALÈNCIA. El Levante empieza la casa... por el salón. Por su centro neurálgico, la sala de máquinas. Felipe Miñambres tiene atada la ampliación hasta 2026 de Pablo Martínez, que junto a Pepelu ya era el único centrocampista del equipo que no concluía vinculación este próximo verano (Pablo tenía firmado hasta 2024 de su última renovación hace dos años). Y es que los Campaña, Iborra o Joni Montiel, cada uno con situaciones contractuales distintas, sí terminan este próximo junio. Pablo está blindado y, en caso de ascenso a Primera División, la medular ya tiene seguros a dos hombres que, juntos, han demostrado ostentar un nivel de élite. Además, el ascenso también desembocaría en la ejecución de la opción de compra sobre Iborra, por lo que Calleja ya tendría un círculo central de garantías para la nueva temporada. 

Distinto será el caso no resuelto de Campaña. El sevillano es ya libre de firmar por cualquier club de cara al curso que viene después de esperar prácticamente hasta la última semana de mercado para cerrar una salida de Orriols rumbo a su tierra, que terminó por no darse. A pesar del deseo inicial del futbolista, hoy es otro de los imprescindibles de Calleja y el técnico podría ejercer de figura importante para escenarios futuros con el andaluz, uno de los futbolistas con el sino más incierto de la plantilla.

Y es que son varios los jugadores, más allá del centro del campo por el que empieza a construirse el Levante que viene, que concluyen su vinculación el 30 de junio. Además de los cedidos -Iborra, Montiel y Wesley, con otra opción de compra que asciende a los 10 millones de euros a final de temporada- y el propio Campaña, hay otros tres futbolistas con contratos en el alambre: Soldado, Róber Pier y Postigo también concluyen en 2023. El capitán, de hecho, renovó hasta 2023 después de alcanzar los hitos necesarios para rubricar su ampliación automática de una temporada durante la campaña 20/21. El Área Deportiva comandada entonces por Manolo Salvador le otorgó dos años más.

Además el nuevo contrato de Pablo Martínez no tendrá asteriscos por posibles futuros descensos. Se termina de esta forma con las cláusulas de escape que sí albergaban otros futbolistas como, por ejemplo Morales. Miñambres asume otra renovación después de la histórica de Pepelu hasta 2032 o la de Cárdenas el pasado mes de marzo (hasta 2025). En el caso del dianense el descenso estaba consumado, pero en el del portero, aunque el descenso sí reducía su cláusula de rescisión, el contrato tampoco contempló ese punto de escape. Sea como sea, Pablo es un futbolista valorado en el seno del club de Orriols y, sobre todo, por su entrenador, uno de los principales artífices de que haya mejorado su rendimiento. Y es que desde la llegada de Calleja, Pablo Martínez ha tenido minutos en todos los partidos (11 de 19 como titular), excepto aquel en que tuvo que salir de la lista por expulsión la semana anterior en Ibiza.