El Levante olvida una de sus peores rachas negativas históricas

VALÈNCIA. "Todavía no había vivido un partido tranquilo", dijo el técnico y director deportivo del Levante, Felipe Miñambres, tras la balsámica victoria granota en La Cerámica que permite a Orriols soñar con alcanzar la sexta plaza en la recta final de curso. Y la realidad es que, concretamente, el Levante no concluía un encuentro sin sobresaltos desde el pasado 6 de octubre. Fue en Albacete, con Javi Calleja al mando y con un resultado de 0-2 que mantenía al club en posiciones de 'playoff' con diez jornadas de campeonato disputadas. Fue, precisamente, la cita del último triunfo fuera de casa. Ha llovido demasiado. Es más, el conjunto granota ha pasado casi siete meses sin ganar a domicilio. Una racha negativa histórica sin precedentes en la última década.

Y es que no se recuerda, en los últimos diez años, un lapso de tiempo tan largo sin sumar de tres lejos del Ciutat de València. Ni siquiera en la última temporada de descenso se llegó a estirar tanto esa estadística: el Levante de Paco López -primero-, Javier Pereira -después- y Alessio Lisci -al final- firmó seis meses y dos días sin vencer como visitante. El equipo tardó, concretamente, 25 jornadas antes de ganar en estadio ajeno. No fue uno cualquiera, además: aquel elenco blaugrana triunfó en el Metropolitano y avivió las esperanzas por escapar del destino de la Segunda División. Aquella se recordará como la temporada en que el Levante rompió el que, hasta ese momento, era el récord de partidos consecutivos sin victoria, tanto en casa como a domiclio, a caballo entre dos campañas.

El anterior precedente data, igualmente, de una temporada de descenso. En la 15/16, desde que el equipo de Rubi ganara en El Molinón a finales de noviembre, transcurriría más de medio año sin ganar como forastero. Es decir, concluyó aquella temporada de regreso al infierno tras una de las mejores etapas históricas del club en la élite y el Levante no volvió a ganar fuera de Orriols. Son los dos datos que marcan una racha negativa histórica de la entidad, que quedó olvidada en Vila-Real. Las dos próximas salidas a Elda y Huesca, y sobre todo lo que ocurra en la cita del sábado que viene ante el Eibar determinarán el devenir del club y sus chances reales de pelear por la promoción.