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análisis | la cantina

El medio maratón, los africanos y el hijo de Steve Ovett

21/10/2022 - 

VALÈNCIA. Percibo este año menos entusiasmo alrededor del Medio Maratón de València que otras veces. Y es verdad que lo de las dos últimas ediciones es prácticamente irrepetible: el despampanante récord del mundo, el año pasado, de Letesenbet Gidey, la tímida etíope que se convirtió, de una tacada, en la primera mujer de la historia en bajar de los 64 y los 63 minutos en la distancia, o esa carrera inigualable de hace dos años en la que el cuarto clasificado entró en la meta con un tiempo inferior al récord del mundo de Geoffrey Kamworor y ni siquiera subió al podio porque Kiwibott Kandie, el nuevo plusmarquista mundial -luego superado por un segundo por Jacob Kiplimo en Lisboa 2021- y los dos siguientes (el propio Kiplimo, el único hombre que ha bajado tres veces de los 58 minutos, y Rhonex Kipruto) fueron más rápidos todavía. Y sí, no se prevé nada parecido. Ni siquiera atacar el récord del mundo, pero València vuelve a congregar a un racimo de atletas de primera fila y aspira, eso sí, a convertirse en la carrera más rápida del año.

Y eso, ser el mejor medio maratón del mundo en 2022, parece que ya no despierte ninguna emoción, cuando es algo sobresaliente.

Vuelve Kandie a València y dicen que no está como en 2020, aunque pocos recuerden que tampoco nadie pensó en él entonces para correr en 57.32. La culpa la puede tener un mítico fondista, Paul Tergat, su ídolo de juventud, quien a principios de este año se trabajó a Kandie para que le diera una oportunidad a la pista. El chico, de 26 años, probó en los Juegos de la Commonwealth y el resultado fue un podio que terminó de convencerle de que valía la pena el intento. Y ahora parece ser que su idea es alcanzar la final de los 10.000 metros del Mundial que se celebrará el próximo verano en Budapest.

Pero hay más aspirantes para bajar de los 57.56 que estableció el infalible Kiplimo en Ras Al Khaimah el 19 de febrero. Ese es, hasta el momento, el indiscutible medio maratón más rápido de este ejercicio: allí se firmaron los siete mejores registros de 2022. Algo que intentarán cambiar los kenianos Kandie, Sabastian Sawe o Daniel Mateiko, pero también el insigne Yomif Kejelcha, el etíope a quien nadie querrá a su lado en el tramo final de la carrera, pues atesora el récord mundial de la milla y un par de títulos de campeón del mundo bajo techo en los 3000 metros.

No está nada mal tampoco la lista de las mujeres. No repite ninguna de las dos que firmaron el año pasado en la avenida de Tarongers los dos mejores tiempos de la historia en medio maratón: Gidey, de quien todo el mundo, en el atletismo, espera con impaciencia su debut en la distancia de maratón el próximo 4 de diciembre en València, o Yalemzerf Yehualaw, pero estarán tres mujeres que ya han corrido en 65 minutos: Vicoty Chepngeno, Margaret Chelimo y Hawi Fewysa.

Yo, además, tengo mucho interés por ver el debut de la alemana Konstanze Klosterhalfen. Koko viene de ganar la medalla de oro en los 5.000 del Europeo de Múnich. Hace cinco años fue capaz de bajar de los dos minutos en el 800, de cuatro en el 1.500 y de quince en el 5000, aunque entonces eran los tiempos en los que ella, como Kejelcha, estaba en el Nike Oregon Project…

Pero ninguno de este ramillete de estrellas es el poseedor del apellido más ilustre de cuantos saldrán en la carrera. Este honor recae en un corredor que estará lejos de las medallas: Freddy Ovett. Sí, Freddy es el hijo del legendario Steve Ovett, el mediofondista británico que enganchó a medio mundo a ver atletismo gracias a sus encendidos pulsos con Sebastian Coe en los 800, los 1.500 y la milla. El inglés, además, batió cinco récords del mundo en la milla o los 1.500 y se proclamó campeón olímpico de los 800 en Moscú 80.

Freddy es ciclista profesional, pero le gustan las carreras de larga distancia. El año pasado debutó en el Maratón de Los Ángeles con un tiempo de 2 horas y 48 minutos, y hace un mes, en Berlín, donde Eliud Kipchoge batió el récord del mundo de maratón, mejoró su marca hasta unos notables 2h45. El domingo saldrá en València para probarse en nuestro medio maratón.

El hijo del mítico atleta británico, nacido en Escocia y criado en Australia, vive ahora en Girona, aunque parece ser que tiene intención de mudarse a nuestra tierra, a Dénia. El chico empezó en el atletismo y llegó a estar becado para correr con la camiseta de los Ducks en la Universidad de Oregon. Una lesión de rodilla truncó una carrera que, la verdad, tampoco apuntaba demasiado alto (llegó a correr en 1:53.21 los 800 y en 3:59.79 los 1.500), y fue entonces cuando empezó a salir en bicicleta. Él ya era aficionado al ciclismo y se quedaba embobado viendo las etapas del Tour. Aunque también es un experto en atletismo que se atreve, incluso, a corregir a su padre.

En el ciclismo encontró su sitio. Su primer maillot se lo ajustó en el equipo de desarrollo del AG2R-La Mondiale. Ahora compite por el L39ion, un equipo del Continental UCI con base en Los Ángeles.

Freddy asegura que una de las cosas que más le gustan de las carreras a pie es sentirse rodeado de corredores anónimos que han viajado desde distintos lugares para luchar por sus objetivos. “Y eso es contagioso”, explicaba en una entrevista con el ‘Mirror’. Que se enganchó el año pasado en California y que esto le permite luchar por algo que no es ganar ni subir al podio. Hacer deporte sin presión. Y ha sido ahora, en estos maratones, cuando se ha dado cuenta de cuántas carreras no disfrutó de joven por exigirse demasiado. “Ahora, como no corro mucho, se supone que no debo hacerlo (demasiado) bien”.

Así que aquellos que nacieron antes de los 70 o los que lo hicieron más tarde pero aman la historia del atletismo, deben andar bien atentos porque pueden tener a su lado al hijo de uno de los mayores mitos de la pista: Steve Ovett, el protagonista de uno de los grandes duelos de la historia del deporte.

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