Y el niño se hizo hombre

VALÈNCIA. Poco queda de la ternura de aquel joven chico tímido de Pedreguer que, el 30 de octubre de 2012, debutada en partido oficial con el Valencia CF en un encuentro de la Copa del Rey ante la UD LLagostera de la mano de Mauricio Pellegrino. 17 años, toda una trayectoria deportiva por delante y la difícil papeleta de desbancar a todo un titán por la izquierda como Juan Bernat. Ahora, con 23 años, ha llegado el momento que muchos esperaban con ansia durante todos estos años: el pequeño José Luís se hizo hombre.

Ya han pasado 4 años desde aquel verano de 2014 en el que Rufete consintió la venta de Juan Bernat al Bayern Munich porque, detrás suya, "viene un chaval pisando muy fuerte". Y ese joven descarado que subía la banda sin contemplaciones acabó dándole la razón. La irrupción de Gayà fue meteórica, convirtiéndose en un fijo entre los fijos para Nuno Espirito Santo, llegando a disputar 37 partidos y anotando 2 goles en el Valencia CF que regresaría a la Champions League tras estar dos ediciones ausente.

Y fue el dulce impacto de esa irrupción el que sería, durante las siguientes campañas, el mayor de sus lastres. Acostumbrados al caviar de su primer curso, los analistas y aficionados aseguraban que su rendimiento se había tratado de la flor de un solo día. Ello, unido a la desafortunada visita que le hacían las lesiones de manera constante, hizo que el propio Gayà se llegase a plantear si podría volver a recuperar las buenas sensaciones que le habían hecho soñar con un futuro excepcional en ´su´ Valencia.

Pero nunca dejó de trabajar. Y al fin, en medio de la decepción causada por un inicio pobre para las expectativas que se habían generado en el año del Centenario, el canterano ha emergido como un faro de luz llamado a liderar la reacción valencianista. Actuaciones como las desempeñadas ante el Manchester United, FC Barcelona o CD Leganés, que le han servido para hacerse un hueco en la nueva España de Luís Enrique y que, incluso con la vuelta de Jordi Alba, le siguen garantizando un hueco en el lateral izquierdo del combinado nacional. 

Pero no solo el terreno deportivo invita al optimismo. Imágenes como las vistas en Old Trafford, donde plantó cara a Rashford y Alexis, o en el Coliseum, sin amilanarse ante el guerrero Damián Suárez, denotan el proceso de maduración de uno de los capitanes del equipo de Marcelino. Y es que, con 15 encuentros, un gol y 1.350 minutos disputados, formando parte del TOP 3 con Neto y Gabriel, se siente importante. Mestalla ya puede decir, por fin, que uno de sus niños ya se hizo mayor.