El oficio del vestuario se pone a prueba

VALÈNCIA. Tras cinco jornadas de liga y unja derrota con mala imagen como la cosechada en Vallecas, el proyecto de Gattuso comienza a acumular las primeras dudas en el ambiente.

Con la tranquilidad que supone estar todavía al comienzo del campeonato, de tener un entrenador que ha calado en el vestuario, de tener jugadores que acaban de llegar y que todavía deben aportar su fútbol al equipo, e incluso de no haber podido contar todavía con el fichaje que le debe de dar un salto de calidad al equipo (Edinson Cavani), sí se percibe alguna contrariedad.

Entre otras cosas por llevar menos de la mitad de los puntos disputados (6 de 15), y por tener la sensación de que el equipo acusa de manera notable su bisoñez sobre el terreno de juego cuando tiene enfrente jugadores con más experiencia sobre el verde.

En los últimos 3 veranos el Valencia Cf ha visto salir de su plantilla jugadores con mucha experiencia en la liga como Parejo, Rodrigo, Kondogbia, Garay, Guedes o Soler.  Sin embargo, a excepción de Marcos André (25 años en el momento de su llegada), Cavani (35), Foulquier (28 a su llegada), Castillejo (27)  o Alderete (cedido un sólo año y con 24 años a su llegada), el resto de incorporaciones del equipo se ha limitado a firmar jugadores entre los 19 y los 23 años. En la mayoría de los casos, sin experiencia ninguna en el campeonato español.

Ante este "vaciado" de jugadores con peso específico en la caseta, llega el momento de que los que quedan den un paso al frente para arropar a todos los jóvenes que, pese a ser titulares claros en el once de Gattuso, aún no disponen del recorrido suficiente para sujetar la bandera cuando el viento sopla en contra.

Es el momento para que los Gayà (27 y 10 temporadas en primera), Gabriel (31 y 8 temporadas en primera), Jaume Doménech pese a su lesión (31 años y 9 campañas en primera), tiren de sus galones de capitanes para transmitir fuerza y tranquilidad al vestuario. Incluso a este triunvirato se podría añadir el recién llegado Cavani. El bagaje, recorrido y peso del internacional uruguayo es otra arma que puede ayudar al vestuario tras cosechar resultados discretos (2 victorias y 3 derrotas), y para no dejarse atropellar por el carrusel de emociones que supone vivir en pocos días estados tan diferentes como el optimismo desbordado del 5-1 ante el Getafe y tan sólo 7 días más tarde la frustración de haber visto un equipo que en ningún momento pudo plantarle cara al Rayo Vallecano.

Estos son los pilares sobre los que se tiene que sustentar el vestuario, porque incluso otros jugadores con años ya en ese vestuario como Diakhaby (26 años y 4 temporadas en el club), parece lejos de tener el caràcter necesario como para ayudar en momentos de duda. Del mismo modo Toni Lato (25 años y 6 temporadas en el primer equipo) acaba de llegar a la capitanía tras el adiós de Carlos Soler y aún es pronto para calibrar su peso específico en el grupo.

A todos estos nombres, hay que sumar el de Gennaro Gattuso. El técnico calabrés es conocedor desde el primer momento del material humano con el que iba a trabajar y el hándicap que ello supone. Su experiencia en el mundo del futbol sobre el verde, la ya acumulada en los banquillos, y el fuerte carácter que siempre ha atesorado el italiano, es sin duda otro agarradero al que aferrarse en una semana en la que la alegría tras la goleada al Getafe cotiza bastante más a la baja.